Un hombre ha sido juzgado por un delito de resistencia grave a la autoridad, que se le imputó tras ser detenido en uno de los accesos a la Base Alfonso XIII. El acusado se encaramó a un camión militar y se negó a abandonar la zona de seguridad, pese a la insistencia de los guardias de la base, por lo que tuvo que acudir una patrulla de la Policía. Al llegar los policías, el acusado no cesó en su empeño, y trató sin éxito de agredirlos, siendo finalmente reducido y detenido. El Ministerio Fiscal interesó para el la imposición de una pena de 1.080 euros de multa por el citado delito de resistencia grave, petición a la que se adhirió el letrado de la defensa. Esta semana se ha celebrado en la sala número dos de lo Penal de los juzgados de nuestra ciudad un juicio relacionado con un curioso suceso que tuvo lugar en uno de los accesos a la base militar Alfonso XIII, donde se encuentran acuarteladas la mayoría de las unidades que tienen presencia en nuestra ciudad.
Los militares que custodian el acceso a dicha base se encontraban en sus puestos cuando se percataron de que un individuo se había encaramado a un camión militar que estaba en la entrada.
Alertados por el comportamiento extraño de dicho individuo, ambos militares se aproximaron a él, instándole a bajar del camión y a abandonar la zona de seguridad militar en que se encontraba (una zona de acceso restringido a personal militar o autorizado).
El individuo se negó a obedecer a los soldados, quienes se vieron obligados a intervenir bajándolo del vehículo por la fuerza. El acusado intentó sin éxito entonces agredir a ambos guardias con un cinturón que llevaba.
Durante todo el tiempo que los militares estuvieron ordenándole salir de la zona de seguridad, el acusado se mantuvo “muy tranquilo”, pero negándose rotundamente a abandonar el lugar.
Finalmente los militares, al ver que el acusado no desistía en su empeño, se vieron obligados a llamar a la Policía Nacional.
Una patrulla de la Policía Nacional se personó en el lugar e intentó sin éxito convencer al acusado de desistir en su empeño y acompañarles, y cuando le pidieron que se quitará el cinturón, el acusado se abalanzó sobre ellos intentando propinarles sendos puñetazos y patadas, aunque no llegó a impactar golpe alguno contra los agentes, quienes finalmente pudieron reducirlo haciendo uso de la fuerza.
Tratamiento psiquiátrico
Según se pudo saber durante el transcurso del juicio, el acusado, quien no hizo acto de presencia en la vista oral (se celebró en su ausencia), padecía algún tipo no especificado de trastorno mental, y se encontraba en tratamiento psiquiátrico en el momento de los hechos.
El Ministerio Fiscal, a la luz del testimonio ofrecido por la agente de policía que intervino en la detención, cambio la calificación del delito de “atentado” por un delito de resistencia grave a la autoridad, dado que el acusado no llegó realmente a golpear a ningún agente.
La Fiscalía interesó para el acusado la imposición de una pena de 1.080 euros de multa (6 meses, a razón de 6 euros diarios) por el citado delito de resistencia grave.
La defensa, por su parte, manifestó su intención de adherirse a todo lo expuesto por el Ministerio Fiscal.
