Con la "pela" hemos topado. Antes, porque era un trabajador bueno; luego, porque de esa mano de obra no había; después, intereses económicos inconfesables. Y así, hemos llegado a convertir, retrospectivamente, Melilla en una Rusadir de aquéllos fenicios. Que, como en Cataluña, asentaron sus factorías, enseñando sus mil maneras de "hacer" dinero; mientras tanto la corona o gobierno de España se gastaba los miles denarios en mantener un territorio a salvo de otros egoísmos.
En Melilla hoy, hemos pasado de la Corona a los "fenicios". Y éstos, asentados y establecidos, campean a sus anchas, contra viento y marea, sean fronterizas o no, la cuestión es implantar unas nuevas maneras de hacer negocio, eso sí, libre de gastos e impuestos en la manera de que con un "simple" aforo se tenga derecho a hacer lo que les venga en gana. Y eso no es así; cada proceso ó manufactura tiene su carga, ya que toda conversión o movimiento va relacionado con el mayor o menor precio, el que a través del impuesto correspondiente graba el uso del espacio por hacer un servicio al interesado. Ejemplo: En el tema fronterizo, tenemos el uso y abuso del suelo para depositar mercancías en "transito" hacia Marruecos, parece ser que ocupando todo espacio libre para el paso del ciudadano. Si nos fijamos en el Puerto de Melilla, tenemos que por tal ocupación se paga el precio correspondiente y lo mismo le pasa al pasajero por embarque o desembarque. Teniendo en cuenta que este mismo sistema se puede aplicar a "esas mercancías" ¿por qué no se hace en la frontera?; quizá por no fijar un reconocimiento de uso que por costumbre se haga "ley" y no se desee dar otra baza más a la oposición política; eso por un lado, por otro tenemos que las inspecciones laborales que se efectúan "ahora" empiezan a implantar un derecho social y razonable que a su vez nos acerque más a la legalidad vigente y no a la "tierra de nadie". De hecho, dentro de la ciudad a empresarios nacionales, sí se les exige y cumplen con tal ocupación legalizada, pagada o alquilada. Lo mismo de debe de exigir en todo el espacio de frontera que no sea de defensa militar, porque si no, estaremos abocados a aquella del "Río Lian Shang Po" (serie televisiva La Frontera Azul) en la que solo se daban mamporros como verbo de entendimiento común, ante la obcecación y oídos sordos al orden, en este caso a la Guardia Civil que exige se cumpla, sacando de sus casillas a más de uno, por el agotamiento del " siempre lo mismo".
Recuerdo que, cuando los Sindicatos pedían la legalización de los porteadores (diferente al comprador) yo no entendía, ya que si "todos" son turistas ¿qué legalización les íbamos a dar? Por otro lado, si era dentro del marco fronterizo entre la española y la marroquí ¿qué jurisdicción iban a tener, si acaso, sería causa de la receptora o marroquí que era la que podía poner "pegas" a esa mercancía. Pero de eso a ser nosotros los fiscalizadores fronterizos sustituyendo a la "meganía" y su Ministerio de Trabajo me parecía ya, demasiado. Teniendo en cuenta que si una o un individuo entra con permiso o ¿nicua?, entra como "turista" y cuando sale, sigue saliendo como tal y cargando lo que la o le dé la gana, ¿nosotros les vamos a poner pegas de salida? Otra cosa es que atendiendo a la "Ley de Seguridad e Higiene en el Trabajo" no se permita más de…. ¿un saco de cemento pesa 20 kilos o 40? Pero como cumplimos esto, si cada "turista" puede llevarse legalmente lo que pueda físicamente… Si además el espacio Schengel es hasta nuestra línea, y de allí para adelante es marroquí, incluido el espacio de "nadie" que se tragó Hassan II, como hizo con el Sáhara, gracias al apoyo americano EE.UU. ¿O nos hemos olvidado?… Jerusalén.
Doctores tiene la "iglesia" y a bien tendrán los listos para enseñarme, pero como sigamos así, nos cargamos el arcaico y contra producente celibato. Así que, si a nosotros no nos contesta Marruecos sobre Amín y Pisly, ¿nosotros les vamos a facilitar el control de mercancías que les entran? ¿Somos imbéciles o qué?… a lo mejor sí.
