La Caravana ‘Abriendo Fronteras’ vivió ayer su último día en Melilla antes de partir hoy hacia Almería. Aprovecharon para presentar una queja en Delegación del Gobierno por la violencia policial que, afirmaron sus miembros, presenciaron por parte de un agente de la Policía Nacional hacia un grupo de porteadoras en la frontera de Beni Enzar. Por la tarde, cerca de 500 activistas lideraron una marcha para reclamar el respeto a los derechos humanos. La Caravana ‘Abriendo Fronteras’ se marcha hoy de Melilla, rumbo a Almería. Los activistas aprovecharon su última jornada en la ciudad para presentar una queja en Delegación hacia la violencia policial que, aseguraron sus miembros, presenciaron por parte de un agente de la Policía Nacional hacia un grupo de porteadoras en el paso fronterizo de Barrio Chino.
Según explicaron ante los medios de comunicación, el policía que supuestamente agredió a las trabajadoras fronterizas no llevaba visible su número de identificación y tampoco lo proporcionó al ser requerido por los representantes de la Caravana. Sin embargo, estos han aportado a Delegación un vídeo en el que aparece dicho agente, instantes antes de la presunta agresión.
«Ha agredido directamente de manera repetida con la defensa de manera completamente injustificada a un grupo de porteadoras en el momento que iba a indicar que dejasen de pasar, en vez de limitarse a dar las indicaciones verbales», se expone en la queja registrada.
Reforma de la estructura
Miembros de la Caravana solicitaron mediante un escrito a la Delegación que emprendiera una reforma estructural de la estructura arquitectónica de los pasos fronterizos para que sea «más respetuosa con los derechos humanos». Al parecer de los activistas, los pasos no están preparados para el tránsito diario de miles de personas cargadas con bultos.
Marcha por los DDHH
Por la tarde, los integrantes de la Caravana encabezaron una marcha en la que cientos de personas exigieron el respeto de los derechos humanos en la Frontera Sur. La manifestación, de carácter pacífico, partió de la Plaza de España y llegó hasta la playa de la Hípica. De esta manera, los activistas se despidieron de Melilla dejando claras sus pretensiones antes de partir hacia Almería.
