La Coordinadora para la Prevención de la Tortura, una plataforma integrada por 48 organizaciones de lucha contra la tortura y la defensa de los Derechos Humanos, presentó ayer su informe anual, en el que se reflejan 117 casos de “tortura, malos tratos y muertes bajo custodia conocidos en el Estado español” en el año 2016. Esta plataforma ubica cinco de ellos en Melilla, con 10 personas afectadas en total. De las cinco denuncias de tortura que refleja el informe de esta plataforma localizadas en nuestra ciudad, cuatro de ellas están relacionadas directa o indirectamente con menores extranjeros no acompañados.
La primera de ellas hace alusión a una actuación de la Policía Local en el Parque Hernández con cuatro menores inmigrantes el 18 de abril de 2016, grabada y difundida por Prodein. La plataforma autora del informe acusa a los agentes de “patear” a los chicos, y “agarrarlos por el pelo”.
También señala que el 3 de mayo de 2016, un menor marroquí de 17 años fue interceptado en el puerto cuando intentaba colarse en un barco. “Fue agredido con una porra por un miembro de la Guardia Civil y a resultas de la agresión, como puede verse en el parte de lesiones que adjuntó a la denuncia ante el Juzgado de Guardia de Melilla, se le diagnosticó como “policontusionado tras agresión”, presentando varias lesiones en ojo y cara izquierdas, así como en el antebrazo”.
El 22 de agosto ocurrió otra de las denuncias reflejadas en el informe, que habla de cómo agentes de la Policía Nacional “insultaron y trataron de forma denigrante” a un grupo de diez menores extranjeros, y “a uno de ellos, lo abofetearon”.
Asimismo, indica que el 9 de septiembre, una joven denunció por un supuesto delito leve de maltrato de obra a un agente de paisano que la acusó de vender pegamento a un menor inmigrante al que se había encontrado en la calle.
La única denuncia sobre Melilla que incluye el informe de la Coordinadora para la Prevención de la Tortura que no está relacionado con la inmigración infantil es la que tuvo lugar el 1 de mayo, cuando tres detenidos por un altercado fueron llevados al calabozo de la Policía Nacional, “donde manifiestan recibir tratos vejatorios, coacciones para inculparse unos a otros y malos tratos. Uno de ellos resultó con fractura de costillas”.