Berry está felizmente retirado en Pontevedra. Allí ha sido adoptado después de dedicar buena parte de su vida a la Guardia Civil, donde trabajaba detectando explosivos. Como explica su adoptante al Faro de Vigo, encontró a su mascota a través de la Asociación Héroes de 4 Patas, la entidad que se encarga de buscar familias a los canes que trabajan codo a codo con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. El perro está encantado, según asegura su nueva familia. Berry tiene once años. El pastar alemán ha dedicado buena parte de su vida a los dispositivos de la Guardia Civil en Melilla. Pero el pasado mes de julio le tocaba jubilarse. Entonces, la Asociación Héroes de 4 Patas se dedicó activamente a buscarle una familia adoptante para que Berry se retirase y pudiera descansar con mucho amor.
El can ahora vive en Pontevedra junto a Rosa Arístegui, quien decidió dar una oportunidad al perro policía.
Aunque se encuentra a cientos de kilómetros de su lugar de trabajo, Berry se encuentra encantado. Así lo asegura Rosa en una entrevista concedida al Faro de Vigo.
Según comparte, ella siempre ha vivido con perros y hace un año se propuso adoptar. Investigando por Internet encontró con Héroes de 4 Patas.
Tras pasar un cuestionario, recibir visitas de la Policía para conocer el entorno en el que vivirá el can, decidieron que Berry era el perro ideal para su estilo de vida.
Y así lo confirma ella. «Solo sabía que no quería un cachorro, ya que, al vivir con mi madre mayor necesitaba uno de carácter tranquilo. Que fuese educado ya era pedir mucho, pero, casualmente, Berry ha cumplido con todas estas características, algo que yo no supe hasta que vino con nosotros en julio», explica la pontevedresa.
Según asegura, el carácter de su amigo de cuatro patas es muy tranquilo. «Es muy tranquilo, educado y cariñoso», presume ella.
Contacto con el educador
La familia adoptiva mantiene el contacto permanente con Salva, el educador de Berry. Él está siempre disponible para resolver cualquier duda sobre el comportamiento del perro policía. «Berry fue muy obediente desde el principio. Hay que pensar que él nunca tuvo una familia», comparte la joven.
Asegura que, al principio, el héroe de 4 patos le despertaba a las 6 de la mañana, hora a la que comenzaba su jornada laboral. Pero con el tiempo ha dejado de hacerlo.
Todavía hoy intenta hacer su trabajo como detector de explosivos con los coches que aparcan en la calle. «Se pone a dar vueltas a su alrededor buscando y oliendo», comparte la adoptante divertida. Lo importante es que no se siente, sino significaría que ha encontrado algo, explica Rosa. Berry siempre fue un perro feliz, pero ahora al fin podrá descansar tranquilo junto al amor de una familia.
