Uno de los recibimientos más multitudinarios fue el que le hicieron a Chatar, un soldado del Grupo de Regulares de Melilla número 52 que volvía de participar en su primera misión internacional. Aún con los nervios del reencuentro con sus seres queridos, que lo recibieron con una enorme pancarta y camisetas de bienvenida, este militar melillense dijo que la experiencia había sido muy buena y todo había salido bien. Aseguró, sin dudarlo, que volvería a repetir. “Para eso estamos”, recordó. No obstante, también se mostró muy contento por haber podido regresar a casa después de seis meses fuera: “Aquí estamos de vuelta a casa, lo más bonito es encontrarse a la familia recibiéndote en el aeropuerto”. También apuntó que durante la misión, todo el contingente ha hecho piña por la convivencia durante 24 horas hasta el punto de formar una segunda familia.