Tras la derrota del pasado viernes ante el Cafés Candelas Breogán, la segunda consecutiva, el Club Melilla Baloncesto regresó ayer lunes a los entrenamientos, y lo hizo con los cinco sentidos puestos ya en la visita que el próximo sábado realizará al Polideportivo Pumarín, para medirse a la Unión Financiera Oviedo. La de tierras asturianas es, sin duda, una de las salidas más complicadas que les aguarda a Alejandro Alcoba y a sus hombres en esta recta final de campeonato.
Por este motivo, antes de comenzar el entrenamiento de ayer, los jugadores y el cuerpo técnico se reunieron para aunar fuerzas de cara a estos últimos y decisivos encuentros.
En cuanto al trabajo, como viene siendo habitual en el arranque de la semana, consistió en una sesión física, que tuvo una duración de dos horas, y que comenzó en el gimnasio del Pabellón de Deportes Javier Imbroda, finalizando en la cancha de juego, con ejercicios de tecnificación y tiro.
En esta sesión participaron todos los jugadores de la primera plantilla azulina, a excepción de Pedro Rivero, que trabajó al margen, recuperándose de la distensión que sufrió en la rodilla derecha en el último entrenamiento de la pasada semana, lo que le impidió participar en el encuentro del pasado viernes, ante el Cafés Candelas Breogán.
Hoy, el equipo volverá a ejercitarse en el Pabellón Javier Imbroda, en una doble sesión de trabajo. Mañana, la plantilla descansará y el jueves y el viernes realizará una única sesión, en horario matinal.
