Lánzate Melilla despide su primera edición en la ciudad después de haber ayudado a sus participantes a reconocer sus propias herramientas y a sacar brillo a su talento. Según explica la ‘coach’ que ha trabajado durante cinco meses con el equipo, Beatriz Castillo, al inicio del programa existía cierta negatividad o frustración entre algunos miembros en cuanto al panorama laboral. Una vez finalizado, “se han dado cuenta de que no tienen que mendigar por un trabajo”, valoró la experta en innovación social. “Como un volcán de emociones”. Así fue la última sesión del programa Lánzate Melilla, según declaró a este diario la ‘coach’ del equipo, Beatriz Castillo. El programa pionero en la ciudad ayer ‘echó el cierre’ tras cinco meses cargados de intensidad, en los que los integrantes han aprendido a descubrirse en equipo y de forma individualizada.
«Ninguna de las personas que iniciamos esta aventura el 27 de junio somos hoy las mismas, yo incluida», afirmó Castillo. Sobre todo, ha cambiado la actitud con la que hoy se miran hacia el mercado laboral. «Cuando empezamos Lánzate Melilla había personas que se encontraban en un momento muy negativo, de desánimo o frustración. Sentían que sólo encontraban puertas cerradas», recordó la experta en innovación social.
Ha sido el día a día, el trabajo en grupo, la capacidad de conocer las fortalezas y las debilidades de uno mismo, o el aprender a focalizar los objetivos profesionales lo que ha acabado por revertir ese pesimismo inicial. «Se han dado cuenta de que no tienen que mendigar por un trabajo. Al contrario, ellos son los que van a ofrecer el talento», recordó Castillo.
Las líneas estratégicas
Según apuntó la ‘coach’ del grupo, «cada Lanzadera tiene una vida y un ritmo propio». No existen materiales didácticos y, en cada sesión, ha sido determinante la creatividad y la capacidad de adaptación ante las circunstancias cambiantes. «No había nada encasillado. Sólo teníamos unas directrices y unos temas que había que tratar, aunque con la máxima flexibilidad».
La gestión de las emociones ha sido una línea de trabajo presente en los meses que ha durado este proyecto. «Había que hacer un proceso de autoconocimiento para saber hacia dónde enfocar la búsqueda de empleo; saber gestionar las emociones o conocer cuáles son las reacciones ante determinadas situaciones…», manifestó Castillo.
Tras estos cinco meses, los participantes de la primera edición de Lánzate Melilla han conseguido reunir las herramientas necesarias para sacar brillo a su propio talento. «Ahora saber cómo se tienen que diferenciar», añadía la ‘coach’. Aseguró también que, tras haberles acompañado en este proceso de autodescubrimiento, depositaba «confianza plena» en las posibilidades de los miembros del equipo para encontrar su hueco en el mercado laboral, ya sea a través del emprendimiento o de la búsqueda de trabajo por cuenta ajena.