Ya al filial no le queda otra que hacer borrón y cuenta nueva y pensar en el siguiente compromiso, el que le enfrentará el próximo sábado, desde las 18’00 horas y en el campo de La Espiguera, al Granada C.F. B. Los melillenses necesitan ganar o, al menos, puntuar para intentar abandonar las posiciones de descenso en las que actualmente se encuentran inmersos. El Rusadir Melilla B no está teniendo demasiada fortuna con los arbitrajes en la presente temporada. El último ejemplo fue este pasado fin de semana en tierras malagueñas, donde los de Karim y Yunes Domínguez merecieron traerse algo positivo del campo del 26 de Febrero, sobre todo teniendo en cuenta que marcaron un gol legal en el tiempo de prolongación, que fue anulado por el árbitro a instancias de uno de sus asistentes y que pudo significar el 2-2.
Además, en el 1-0 que lograron los costasoleños tampoco estuvo muy fino el colegiado, ya que en la acción previa en lugar de dar saque de puerta, que era lo correcto, concedió un lanzamiento de esquina, que aprovecharon los locales para adelantarse en el electrónico.
Ya al filial no le queda otra que hacer borrón y cuenta nueva y pensar en el siguiente compromiso, el que le enfrentará el próximo sábado, desde las 18’00 horas y en el campo de La Espiguera, al Granada C.F. B. Los melillenses necesitan ganar o, al menos, puntuar para intentar abandonar las posiciones de descenso en las que actualmente se encuentran inmersos. Por fortuna, los rojinegros están con los mismos puntos que la Escuela de Fútbol Francisco Castejón de Vélez, que es el conjunto que marca la zona de permanencia.