Los aficionados a los toros y los amantes del riesgo se unieron ayer sobre el albero de la Plaza de Toros para participar en la capea popular organizada por la Ciudad Autónoma. Entre ellos había de todo: apasionados del arte de Cuchares, atrevidos y también, por qué no decirlo, quienes ya iban "a tono" después de una tarde de ferias y que no dudaban incluso en estar sobre el ruedo con una copa en la mano. De este modo, en la becerrada se pudieron ver acciones calculadas y otras temerarias, pero en líneas generales quienes saltaron a la arena salieron indemnes, salvo algunas heridas leves de algunos en forma de rasguños o contusiones, en la mayoría de las ocasiones por caídas o incluso cuando eran cogidos por alguna de las cuatro vaquillas que se soltaron.