Todo lo que sea aliviar el hastío que los ciudadanos están acumulando hacia el panorama político, bienvenido sea Aunque en política todo puede ser posible, incluso en el último momento, en la situación actual por la que atraviesan las negociaciones propulsadas por el líder socialista, Pedro Sánchez, para conformar Gobierno, todo apunta a una próxima convocatoria de elecciones para el día 26 de junio. Ayer, el portavoz de los socialistas en el Congreso y jefe del equipo negociador, Antonio Hernando decía “no nos fiamos de Pablo Iglesias” y volvía a dar un “no” rotundo a un posible intento de negociación con Mariano Rajoy, presidente del PP. ¿Más claro?. Ante tal panorama, la ciudadanía en general se ve abocada al 26-J.
Y con ello se ha suscitado de inmediato la polémica sobre el formato y el coste de las campañas electorales, con opiniones para todos los gustos y aunque los partidos no todos son coincidentes en cuanto a la supresión de la campaña, sí optan por una línea hacia la austeridad. Y es que las campañas electorales son costosas. Las elecciones del pasado 20-D conllevaron un gasto de alrededor de 130 millones de euros sin contar las campañas de cada partido. El PP gastó unos 12 millones de euros y el PSOE nueve. Ciudadanos invirtió cuatro millones de euros y Podemos 3,6 millones junto a sus alianzas territoriales en Galicia, Comunidad Valenciana y Cataluña, mientras que IU invirtió 2,5 millones de euros. En definitiva, muy caras, y si a eso añadimos el cansancio acumulado de los ciudadanos ante esta avalancha de política a todas horas, el resultado no parece ni atractivo, ni barato.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se mostraba hace unos días prudente sobre la posibilidad de eliminar la campaña electoral, pero ya son muchas la voces que demandan, al menos, acortarlas tal como señalaba ayer el ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, "para no atormentar a los ciudadanos con dos semanas de mítines". Antonio Hernando, ha rechazado la posibilidad de acortar los quince días de campaña electoral pero se ha mostrado abierto a reducir los gastos electorales, sin embargo, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha mostrado su oposición hacia una campaña exprés si fallan las negociaciones para conformar Gobierno. En Podemos tampoco son partidarios de acortar los días de campaña y desde IU, la secretaria de Comunicación, Clara Alonso, apuntaba que a la coalición no le parece mal la propuesta de recortar ciertos gastos de campaña y rebajar su intensidad. En Melilla no se han pronunciado aún los representantes de la clase política salvo la popular Esther Donoso que ayer apostaba, por acortar los plazos.
Para gustos, los colores. Lo único cierto es que hace tan sólo unos meses, los partidos mostraron a la ciudadanía sus intenciones, sus programas, su política económica, sus proyectos de futuro y su concepcion de estado. Poco ha podido variar en tan corto espacio de tiempo. Por tanto, todo lo que sea aliviar el hastío que los ciudadanos están acumulando hacia el panorama político, bienvenido sea.