A veces me pregunto que es el Amor. Amor de hija o hijo, amor a la naturaleza y ante todo amor de padres. El amor de una madre es algo especial, damos la vida a un ser dentro de ti, meses y meses siendo una misma persona, un lazo que te une, un sentimiento de vida que transmitimos desde nuestro propio ser.
El rol de madre o padre, durante un período de la vida, es mantener, educar, guiarlos, al hijo o hija.
Más tarde el rol cambia de ser hijos a convertirnos en hermanos y padres, asumiendo el rol de cuidador principal en muchas ocasiones. También podemos difundir el amor a través de la empatía. Empatía hacia las familias, empatía hacia otra persona, hacia la persona con la enfermedad de Alzheimer y empatía de los familiares unos a otros.
En la sociedad en la que vivimos no nos deja ver las cosas importantes de la vida de nuestros seres queridos, levantarnos por las mañanas dando gracias por la vida que Dios nos regala y junto con nuestras familias disfrutan de ella.
Son muchos los recuerdos de seres queridos que, por no ser famosos, permanecen en silencio, no en los corazones de los hijos o hijas que hemos sabido suplir el rol de cuidador sin exigirles nada a cambio. Ellos siempre están y estarán en nuestros corazones, en el recuerdo más insignificante, un objeto, un día de compras o un día cocinando con ellos. También existe el amor en el trabajo que hacemos y no le damos importancia, me refiero en relación con la enfermedad de Alzheimer. A esa persona que le toca ir al médico de familia, tenga ganas o no, pedir cita, luego llevarla a la farmacia para las recetas de pañales, llevarla a la inspección médica, después ir a buscarla y por último hay que cargar con la caja. ¡Podemos dudar del amor!
Y el amor de madrugada, cuando las luces del día están en silencio, pero papá o mamá no, llamándote con insistencia por no saber donde están, deambulando por la casa sin rumbo definido, alrededor de una mesa queriéndose ir a su trabajo o preparando la comida ¡Qué se hace tarde!, así años y años cuidándolos, besándolos y tranquilizándolos con nuestro cariño. Es este rompecabezas del amor, las piezas de las familias son las primeras en entrar en juego, a su vez, en su entorno más próximo, más cotidiano, más asequible, siendo el entorno familiar el núcleo del amor.
Además de los sentimientos relacionados con el amor, debemos contar con una base fuerte y sólida que garantice que la persona afectada cuente con todos los recursos que la sociedad, a través de las instituciones, luchan para mejorar la calidad de vida en los enfermos de Alzheimer.