El terremoto que ayer sacudió Melilla y sus constantes réplicas despertaron el temor de la mayor parte de la población. Y un dato evidencia ese miedo: las más de 1.200 llamadas que hasta ayer a última hora de la tarde se habían producido a la Sala de Emergencias 112 desde que se registró el seísmo a las 5.22 horas. Muchas de ellas para advertir desde un primer momento las incidencias en edificios y en la vía pública causadas por el temblor, pero también de un buen número de melillenses que quería saber dónde debían dirigirse si se volvía a registrar un nuevo terremoto. El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, respondió directamente a esta duda común entre la mayoría de los melillenses que “los ciudadanos son sabios” y saben cómo reaccionar. No obstante, les recomendó “no perder los nervios y que el susto no se imponga a la cordura”.
Además de atender las llamadas con una plantilla de escasamente 20 personas, la Sala 112 hizo una labor informativa esencial en su perfil de Twitter.
Imbroda expresó el “agradecimiento profundo” de la Ciudad Autónoma por el celo profesional de todos los efectivos y voluntarios que trabajaron ayer desde todos los campos.
El consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González, hizo especial mención a los efectivos de Bomberos y Policía Local que estando libres de servicio se acercaron desde un primer momento a las dependencias de sus respectivas unidades para trabajar en lo que fuera necesario. Eso permitió reforzar los turnos, que en el caso de los Bomberos fue muy evidente con cerca de medio millar de funcionarios cuando un servicio habitual lo desempeñan unos 10-14 efectivos.
Policía Local, por su parte, sacó a más agentes a la calle para balizar y realizar cuestiones de tráfico, fundamentalmente, muy necesarias en los primeros momentos tras el terremoto.
Protección Civil tuvo activa a una quincena de voluntarios que se dirigieron, sobre todo, a los Pinos de Rostrogordo.
La frontera funcionó con normalidad, según informó el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, aunque se suspendió el paso de mercancías por el paso de Barrio Chino.