En definitiva, imprimir nuevos aires a una zona vital para el futuro económico de la ciudad y, de esta forma, hacerla lo suficientemente atractiva para el asentamiento de nuevos inversores. Sin duda una nueva apuesta por Melilla, esta vez por parte de una importante multinacional, es la próxima apertura antes de que finalice la anualidad en curso, de un nuevo restaurante de una cadena de comida rápida en el recinto del puerto deportivo. Y se han iniciado las obras en la marina seca, que fue el lugar elegido desde el primer momento por la empresa para instalar el establecimiento en la única ciudad de más de 87.000 habitantes donde no existía esta oferta gastronómica, que aporta modernidad con su servicio especial por el que desde el propio vehículo se solicita, recoge y abona el pedido del cliente. Una inversión de 1,7 millones de euros por parte de la empresa de productos alimenticios que, sin ser excesiva, conlleva entre otros beneficios la creación de alrededor de 60 puestos de trabajo y unos ingresos anuales para las arcas del organismo portuario de 100.000 euros.
Este proyecto en vías de ejecución para convertirse en realidad, puede implicar, junto a otra tienda de ropa deportiva de gran demanda que podría ubicarse en terrenos colindantes, un impulso al puerto deportivo donde todavía quedan locales cerrados, tal como anunciaba el máximo responsable de la Autoridad Portuaria, Miguel Marín. Y aunque el efecto rebote de estos dos grandes proyectos tiene su importancia para crear zona comercial, también es vital modernizar, adecentar y cuidar la estética del puerto deportivo en general, ya que ofrece un nivel visual poco deseable para los empresarios.
Una remodelación que, al parecer, va a emprender en breve la Autoridad Portuaria a través de jardineras, flores y otros elementos de mobiliario urbano al objeto de lograr la imagen que debe tener este céntrico espacio ya que no es sólo una tarjeta de presentación para el sector portuario, sino para la ciudad.
En definitiva, imprimir nuevos aires a una zona vital para el futuro económico de la ciudad y, de esta forma, hacerla lo suficientemente atractiva para el asentamiento de nuevos inversores y, en consecuencia, para impulsar un foco empresarial y de negocios que contribuya a la mejora de la economía y a la ampliación de servicios para la ciudadanía en general.