La Guardia Civil ha detenido a dos marroquíes como presuntos autores de un delito de abuso sexual contra una mujer a la que hicieron tocamientos en sus zonas erógenas y que, dada la fuerte resistencia que ofreció, consiguió finalmente que se dieran a la fuga. Un soldado de la Comandancia General, que fue testigo de los hechos, ayudó a la Guardia Civil a localizar a los dos individuos, uno de los cuales agredió a uno de los agentes que intervino. Según informó ayer la Comandancia de la Guardia Civil en una nota de prensa, los hechos ocurrieron el sábado por la noche, cuando una patrulla de Seguridad Ciudadana de la Benemérita fue requerida por la víctima cuando circulaba por la calle General Astilleros, que conduce al paso fronterizo de Beni-Enzar.
La mujer relató a los agentes que momentos antes había sido agredida por dos varones, con tocamientos en sus zonas erógenas, los cuales se habían dado a la fuga ante la resistencia que les ofreció.
La víctima detalló a los agentes las características físicas y vestimenta de los autores, lo que permitió su localización poco después. Según la Guardia Civil, resultó “decisiva” la intervención que tuvo un ciudadano, que resultó ser un soldado de la Comandancia General de Melilla, que había sido testigo de los hechos “y que de forma generosa y decisiva se incorporó junto a la patrulla, participando en la localización e incluso en la detención de los mismos”.
Uno de los individuos ofreció resistencia durante la detención y llegó a agredir a uno de los guardias civiles en su brazo derecho con un objeto punzante, que le produjo lesiones leves.
Se trata, según indicó la Guardia Civil, de dos jóvenes marroquíes de 21 y 29 años de edad, que no tienen ninguna vinculación con la ciudad y que han pasado a disposición judicial como supuestos autores de un supuesto delito de abuso sexual y atentado a agente de la autoridad en el cumplimiento de sus misiones.