A pesar de que lleva décadas residiendo en Barcelona, el melillense Rafael Vega, se desplazó el pasado fin de semana a Melilla para celebrar el sábado día 8 sus 65 años en la ciudad donde vio la luz por vez primera. Además, el presidente de la Casa de Melilla en Barcelona, iniciaba ese día la muy merecida etapa de su jubilación tras 44 años, un mes y 19 días de dedicación al Cuerpo Nacional de Policía. Con tal motivo reservó mesa en el restaurante del Club Marítimo para comer con Rafi, su esposa, y al llegar se encontró con la sorpresa que sus hijos, nueras y yerno, así como sus dos nietos y su nieta habían viajado también a Melilla sin que el lo supiera y le esperaban en el comedor. Un sorpresón que dejó sin palabras a Rafael, quien señaló emocionado a MELILLA HOY que había sido uno de los días más bonitos de su vida.