La pista central del Club Marítimo fue testigo, el pasado miércoles, del desenlace del XVI Trofeo Virgen del Carmen. Se trata de la prueba con más tradición y prestigio del pádel melillense. De hecho, fue la primera que se instauró en el actual Circuito Autonómico, tras la apuesta que realizó la entidad por construir una de las primeras pistas de pádel oficiales en la ciudad de Melilla. La emoción estaba servida. Como preámbulo al punto y final del torneo, se disputaron las finales del resto de categorías y la lucha por el tercer y cuarto puesto de la Primera Categoría Femenina, que se adjudicaron Gemma Benayas y Amaya Martínez.
La final femenina fue para las hermanas León, Mónica y Laura, que el año pasado también llegaron a este último partido, aunque la final no llegó a disputarse. En este caso se vieron las caras con dos jugadoras combativas, Pilar González y María Mizzi, ganando el trofeo en un partido que se terminó en dos mangas, 6-3 y 6-2.
Ángel Gaona, con su triunfo, sumó su tercera victoria en el torneo. Las dos anteriores junto a Christian Volpe, que no pudo disputar su sexta final consecutiva. Por su parte, Javier Mizzi revalidó el título conseguido el año pasado, junto a su inseparable amigo Osvaldo Estévanez.
En este caso, Gaona y Mizzi formaron una pareja ganadora, aunque tuvieron que sufrir y enfundarse el mono de trabajo para superar a Antonio Castillo, en una excepcional forma, y Paco Javaloy.
La final masculina de Primera Categoría se resolvió en dos sets. Un encuentro en el que los pequeños detalles y el desgaste mental fue determinante. Los fallos no forzados apenas se pudieron contar con los dedos de una mano, en un partido que para deleite del mucho público que asistió a la final, se concretó en un apretado 7-5 y 7-6 para Gaona-Mizzi.
Ahora, entre Ángel Gaona y Javier Mizzi suman cinco títulos del Trofeo Virgen del Carmen, un palmarés del que pocos jugadores locales de padel tienen tal honor.
