El Ingesa sacará a concurso la próxima semana el proyecto de rehabilitación integral y acondicionamiento del centro de salud de Polavieja. La actuación, que contará con un presupuesto de más de 1,8 millones de euros a sufragar en dos anualidades, tendrá un plazo de ejecución de trece meses y prevé ampliar el área de pediatría y medicina general, al tiempo que se anuncia que el centro pasará a contar con un gimnasio para rehabilitación. El personal del centro se trasladará, principalmente, al Centro de Salud de la Zona Centro, mientras que la resto se recolocará en otros servicios. El anuncio lo realizó ayer el director territorial del Ingesa, Francisco Robles, que compareció acompañado por Pedro Villarroel, gerente del área sanitaria de Melilla y José de la Vega, coordinador de Atención Primaria en Ingesa. Según indicó, esta rehabilitación "no es un lavado de cara", puesto que afectará a dos tercios de la superficie total del inmueble.
El coste de la actuación será de 1,8 millones de euros, al que restar ya los 52.000 euros de la redacción del proyecto, los 102 mil euros de la dirección facultativa y los 28.000 de la licencia de obras. El pago se realizará en dos anualidades: 490 mil euros en este 2015 y el resto en 2016. En los presupuestos de Ingesa para el próximo año se incluirá además una partida específica de 750 mil euros para equipamientos y renovación de mobiliario. El periodo de ejecución de es de trece meses.
Mejoras
Pedro Villarroel indicó que una vez recibida la luz verde, la próxima semana saldrá a licitación, a través de la plataforma electrónica, ,sta actuación que prevé alargar en más de quince años la vida útil de un centro que entró en servicio en 1973 y que atiende a cerca de veinte mil usuarios. La obra prevista, que sobre noviembre podría comenzar, prevé que el centro cumpla la nueva legislación de control energético con la instalación de ventanas dobles con vidrios climatizados, así como placas solares que suministrarán el 80 por ciento del agua sanitaria. Además, según dijo, se llevará a cabo la renovación de las cubiertas, algo contemplado en el proyecto antes incluso de la aparición de amianto.
Asimismo las obras permitirán una nueva redistribución de servicios, de modo que en la planta baja estén las tres consultas de pediatría y las tres de enfermería. Medicina general y cuidados paliativos, en la primera planta. Además, dijo, se ampliará el número de consultas al objeto de responder a la actual demanda y a un posible aumento de usuarios. En el sótano se quiere instalar un gimnasio para que pueda prestarse el servicio de rehabilitación con participación de fisioterapeutas. El centro, que contará con una nueva red contra incendios, cableado eléctrico, un nuevo grupo generador y montacamillas, seguirá acogiendo el 061, la Unidad de Salud Mental y la Unidad de la Mujer.
Ayer mismo se reunieron con los trabajadores, unos 130, para ultimar dónde serán recolocados mientras se llevan a cabo las obras. Los encargados de la asistencia sanitaria (médicos y enfermeras principalmente) se trasladarán a la Zona Centro donde pasarán consulta también por la mañana. El SUAP (Servicio de Urgencias de Atención Primaria) al centro de salud de Alfonso XIII, mientras que el personal administrativo se redistribuirá en distintas dependencias de Ingesa. "Nos queda por definir dónde irá urgencias y emergencias (061)", pero según se supo ayer tarde, irá a la Residencia del Imserso en la Huerta Salama.