Un sol espléndido lucía a mediodía de ayer cuando el comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez, pasaba revista a las tropas que formaban frente a la tribuna en la que le esperaban el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda y el delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani, entre otros representantes de instituciones civiles y militares, además de familiares de los infantes y otros invitados y amigos.
Y fueron catorce los condecorados en esta celebración de la patrona d Infantería a los que se otorgaron placas y cruces de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, así como las Cruces de plata y bronce a la Constancia en el Servicio y las del Mérito Civil con distintivo blanco.
Una conmemoración que tuvo como marco la base Alfonso XIII que desde la semana anterior se venia celebrando en el Tercio Gran Capitán I de La Legión y en el Grupo de Regulares 52, con actos y competiciones deportivas en las que una vez más se puso de relieve el espíritu de las Unidades y el compañerismo existente entre sus componentes.
Y fue el general segundo jefe de la Comgemel quien durante su alocución hizo mención de las misiones diarias con las que se enfrentan los infantes para a través de su entrenamiento, instrucción y adiestramiento, a veces difíciles, peligrosas y no exentas de riesgo, alcanzar la excelencia que provoca a los melillenses esa sensación de seguridad que le trasmiten sus fuerzas armadas.