Melilla vive una extrema presión migratoria desde hace meses que obligó al Ministerio del Interior a reforzar el perímetro y la dotación de efectivos de la Guardia Civil en la ciudad autónoma. Precisamente ese refuerzo es lo que ha permitido que muchos de los intentos se queden simplemente en aproximaciones de inmigrantes, como está ocurriendo en los últimos días, en los que el helicóptero ha tenido que salir con carácter preventivo tras el avistamiento diario de grupos que finalmente se quedaron lejos de la valla. El último intento de entrada se registró el de 2 diciembre, cuando más de 600 inmigrantes intentaron entrar a Melilla y 30 lo consiguieron por Barrio Chino. El 28 de noviembre, 10 inmigrantes consiguieron acceder de un pequeño grupo de 16 que se aproximó por los cortados de Aguadú, la zona más al norte de la valla. El día anterior, 27 de noviembre, otro medio millar protagonizó una madrugada de intensa presión sobre la valla en la que ningún subsahariano consiguió su objetivo de entrar a la ciudad autónoma. A ello se le suma la entrada de una patera el 1 de diciembre, ocupada por 17 personas.
En lo que va de año, Melilla lleva registrados más de 15.000 intentos individualizados de acceso por la alambrada, de los cuales alrededor de 2.000 se han materializado en entrada irregular.