Un oportuno convenio entre la Ciudad Autónoma y la Autoridad Portuaria, propietaria del inmueble, hizo posible recuperar, a raíz de una inversión cercana a los 300.000 euros, una instalación que se encontraba al borde de la ruina, el antiguo y emblemático Faro de Melilla la Vieja. Hoy día alberga la flamante sede de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, que preside José Vallés. La Ciudad ha obtenido una concesión administrativa de 20 años de duración. La intervención realizada hace más de un lustro consistió en la consolidación general del edificio tanto en sus cimientos como en su estructura, adaptando su interior para albergar la Fundación Melilla Ciudad Monumental, organismo que centraliza las tareas de conservación mantenimiento y difusión de los valores patrimoniales de los recintos fortificados.
Se diseñó el interior del inmueble en función de las necesidades de la institución adaptándolas a la posición de los vanos de la fachada y respetando su patio interior, cuyas columnas de hierro fundido se reutilizaron. El aspecto pétreo y cerrado del edificio contrasta con un interior diáfano y luminoso gracias al efecto de su cúpula transparente que difunde la luz por todos los espacios lo que ha permitido dar paso a unas oficinas funcionales y modernas con unas vistas privilegiadas.
Apuesta positiva
Todo un acierto, por tanto, de puesta en valor, que a través de la iniciativa del Gobierno de la ciudad, ha logrado reconvertir un vetusto edificio, en un lugar absolutamente apetecible para el desarrollo del trabajo y la labor que lleva a cabo la Fundación Melilla Ciudad Monumental.
