A tenor, por tanto, de los resultados se comprobará si realmente resulta rentable y se consolida como un evento no sólo valido, sino incluso necesario en el estío melillense. El miércoles llegaba ya al puerto melillense la embarcación “Golondrina” que se puso de inmediato al servicio de todas aquellas personas que deseen acercarse al campo de regatas, situado fuera del recinto portuario de Melilla, y a la vez disfrutar de forma gratuita de la visión de la ciudad desde el mar. Una iniciativa de marcado carácter popular que por su originalidad y disfrute de toda la ciudadanía fue copiada por otras organizaciones de competiciones náuticas similares.
Y es que a lo largo de la semana se están desarrollando las secuencias de un evento siempre rodeado de polémica a nivel local, como es la Semana Náutica cuya XVIII edición, se desarrolla hasta el próximo domingo día 10.
Está claro que en base a la complicada situación económica por la que atraviesa el país, la organización del evento tiene meridianamente claro desde las ultimas ediciones que los tiempos no están en absoluto para que las Administraciones Públicas acometan ningún tipo de medidas que conlleven el más mínimo gasto innecesario ya que sería catalogado inmediatamente de despilfarro.
En este sentido Miguel Marín, presidente del Comité Organizador de la Semana Náutica, que en esta edición cumple su mayoría de edad, indicó que no conllevará ningún coste que se sitúe fuera del apartado estrictamente deportivo. De hecho, en su día se eliminaron todos los gastos prescindibles, desde los desayunos que se ofrecían en el Hotel Tryp para regatistas y miembros de la organización pasando, por supuesto, por todas las comidas y copas que se ofrecían a diferentes colectivos a lo largo de la semana, gastos de publicidad, cartelería y merchandising, alojamientos e incluso se acometió la reducción en un 20% de la cuantía de los trofeos.
En consecuencia, el presupuesto ha ido experimentando recortes hasta pasar de los 250.000 euros en 2011 a los 161.122 euros de las dos últimas ediciones. Una cifra que Marín calificaba como la inversión más rentable de cuantas organiza la Ciudad a lo largo del año, teniendo en cuenta que a raíz de una encuesta entre regatistas realizada el año pasado, la organización pudo cifrar en una media de 146 euros, el gasto diario de cada participante y como los participantes suelen estar en Melilla cada uno alrededor de diez días, sólo los 300 regatistas se dejan entre hoteles, hostelería y comercios alrededor de medio millón de euros, es decir, el triple del presupuesto. Además, y en defensa del evento, el vicepresidente primero de la Ciudad comentaba que al margen del aspecto deportivo la Semana Náutica se ha convertido además en un acontecimiento social, lúdico, cultural y turístico y en uno de los mejores escaparates de Melilla en el exterior. En definitiva, uno de los mejores reclamos turísticos de la ciudad. El hecho de que en los próximos días llegue a la ciudad un grupo de entre 400 y 500 personas supone unos ingresos de gran importancia en unos momentos en que ni la hostelería local. ni el comercio de la ciudad atraviesan su mejor época. Unos sectores, por tanto que podrían experimentar, al menos unos días, un cierto alivio. A tenor, por tanto, de los resultados se comprobará si realmente resulta rentable y se consolida como un evento no sólo valido, sino incluso necesario en el estío melillense.