El presidente del Gobierno local, Juan José Imbroda, reconoció ayer que “es difícil acabar con una de las profesiones más antiguas de la Humanidad”, aunque el Reglamento de Convivencia dotará a la Ciudad Autónoma de instrumentos legales suficientes para “sancionar y reprimir condiciones humanas incívicas” e intentar que no se cause molestias a los vecinos. Es lo que ocurre, por ejemplo, en el Barrio del Real, donde reconoció que sus habitantes “están hartos” de aguantar el problema de la prostitución y todo lo que trae consigo. Por ello abogó por sancionar a quienes ejercen la prostitución y a los clientes , “a ver si de esta manera podemos poner un poco de orden”. Asimismo, consideró que este reglamento es “una muy buena propuesta” de la Consejería de Seguridad Ciudadana, donde se establece un régimen de sanciones que permitirá que “algunos se lo piensen” antes de cometer actos incívicos.