Con un fortísimo y largo aplauso, los numerosos asistentes que ayer asistieron al relevo en el mando de la Delegación de Defensa, demostraron al delegado saliente, coronel Mario Ciércoles, el reconocimiento a su excelente gestión y el cariño que se ha granjeado durante sus nueve años de estancia en la ciudad donde deja un gran número de amigos pertenecientes tanto al estamento militar como al civil. Dio las gracias por su apoyo a todas las Unidades Militares de la Plaza, encabezadas por la Comandancia General así como a las autoridades civiles, locales, estatales, judiciales, así como a las Centrales Sindicales, Medios de Comunicación, organizaciones confesionales, empresas y, en general, a toda la sociedad melillense, así como a sus padres fallecidos, a sus hijos, a su nieto “que es mi alegría” y a su mujer, Conchita.