El 3 de julio de 1914 venía al mundo en Málaga una niña llamada Inmaculada Martínez Ruiz, que a los cinco años de edad se trasladaba a Melilla junto a su familia. Poco sabía aquella pequeña que pasaría el resto de su vida en estas tierras africanas, que aquí se casaría, que sería madre de tres hijos y que los años la colmarían de nietos y biznietos. Ayer se cumplieron cien años de su nacimiento y su familia quiso conmemorar tan especial aniversario como se merece: con una fiesta en la que no faltó la tarta de rigor. Cien años de vivencias y experiencias se reflejan en su rostro, pero continúa ahí para seguir repartiendo cariño entre los suyos. Felicidades.