Atril ciudadano

El voto de la dignidad

En la inmensa mayoría de los medios de comunicación nos quieren hacer creer que el nivel de participación democrática en las recientes Elecciones Europeas ha sido casi igual que en 2009. También nos dicen que Europa es algo que al ciudadano le viene muy de lejos y que por eso no ha participado en el ejercicio democrático. Yo creo sinceramente que después de cinco años, la conciencia ciudadana respecto a la política europea ha evolucionado sobremanera. Hoy, casi toda la sociedad es consciente de la importancia que tiene el Banco Central Europeo y lo importantes que son los presupuestos que se aprueban en Bruxelas para España. Por lo tanto, somos conscientes también de lo importante que es defenderlos y a quienes debemos poner para que los defiendan.

Pero los ciudadanos que nos sentimos españoles, y cuanto más lejos se está de la capital, el ser humano más suele reivindicarla, también sabemos que el poder judicial debe ser independiente del poder político, sabemos que cuando comenzó la política social capitalista en España, en pos del obrero y de la democracia, en vez de modernizar la industria nacional, se vendió al mejor postor, dejando 1.800.000 desempleados, para después cobrar impuestos a los empresarios y acrecentar así las prestaciones sociales, dejando España como un pueblo de limosneros que trabajando ilegalmente por una miseria y cobrando el paro al mismo tiempo, dejamos el país con una economía sumergida que nos llevó a niveles económicos por debajo de Irlanda. Después, los ciudadanos que nos sentimos españoles sabemos que nuestros políticos levantaron el país construyendo viviendas con pesetas para venderlas en Euros; algo a todas luces impensable, y sabemos también que ese globo inmobiliario fue alimentado con unos intereses bancarios a los que la maravillosa izquierda obrera no le puso freno, sino que se comportó siguiendo dando limosnas al pueblo y gastando mucho más de lo que realmente se ingresaba en el Estado… Vamos, una política como si de un monasterio Zen se tratase. Ahora los ciudadanos que nos sentimos españoles sabemos muy bien que para salir de ese disparate el Estado en vez de crear riqueza, la ha sacado “matando” de impuestos al ciudadano, muy empobrecido y con un índice de desempleo de más del 25%. Sabemos que nuestros políticos han aprobado lícita la expulsión de muchos ciudadanos españoles de sus casas a causa de un desempleo probado, revendiendo estas viviendas a ciudadanos chinos a cambio de su nacionalidad. Sabemos que la clase política ha sacado unas leyes en la los políticos son inmunes a la justicia, porque ellos mismos ponen a la mayor parte de los jueces, sabemos que en estas circunstancias tan sensibles, parte de los fondos públicos procedentes de nuestros impuestos han ido a la banca privada, porque por vender, nos han vendido hasta la Caja Postal. Y yo creo que quienes nos sentimos españoles hemos pasado a pensar que votar ya no es ejercer la democracia, sino que se está convirtiendo en una pantomimocracia, para mantener una dictadura de alquiler comprada con la publicidad y el discurso, en la que el Estado de Derecho, solo sirve para que el ciudadano pueda protestar y patalear como si de un niño pequeño se tratase: rabietas que desde el Gobierno no se toman en serio.

Así que desde el ejercicio de 2009 al presente han pasado muchos pensamientos y reflexiones por la cabeza de la ciudadanía. Y lo voy a explicar claro:
En las comunidades que se sienten españolas; con Cataluña y Euskadi ya sabemos lo que pasa y son un treinta por ciento de la población nacional, han votado quienes viven de este régimen, o sea, mayormente los funcionarios públicos, porque trabajan para el Gobierno y también han votado los socios de los partidos políticos. O sea, que el 20% de la población se han votado así mismos.

El porcentaje residual a este veinte por ciento ha sido de poco menos del quince por ciento de la población de a pie, pero no han votado a los estandartes actuales de la llamada democracia que defiende el sistema social capitalista, sino que han depositado su voto a partidos emergentes antisistema, menos UPYD, que se podrían encuadrar en el plano ideológico del Nacional Comunitarismo ( ideología anti usurera de izquierda carente de la dogmática marxista en la que priman las necesidades de los ciudadanos como comunidad frente a las necesidades del Estado.)
Estoy seguro de que si la ideología del Partido Comunista de España desapareciera y se transformara en el Partido Comunitarista de España, grupos como Izquierda Unida, Podemos, Ciudadanos, podrían unirse bajo un frente común con un líder carismático como el joven Iglesias, y si los partidos políticos tradicionales siguen tomándose la política de la misma manera, de aquí a un tiempo les vaticino que solo serán un mal recuerdo para la historia democrática de este país, porque muchas, muchas personas van a acudir a las urnas en las Europeas, Municipales, Autonómicas y Nacionales, pero esta vez con la intención de que sean representados por políticos que le devuelvan como pueblo la ilusión y la dignidad.

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