La Delegación del Gobierno informó ayer de que alrededor de 700 inmigrantes intentaron entrar en la jornada de ayer a la ciudad, si bien ninguno lo consiguió. El primer intento se produjo sobre las dos de la tarde, con un grupo de unos 500 por la zona próxima a Barrio Chino. La segunda, a las 16.00 horas, donde otro grupo de unos 200 fue interceptado por las fuerzas marroquíes. El despliegue de recursos humanos y materiales de Marruecos, junto al de la Guardia Civil, "ha sido decisivo para lograr frenar los intentos de salto a la valla de Melilla", dice la Delegación del Gobierno. Más de 500 inmigrantes intentaron ayer entrar a Melilla, aunque ninguno de ellos lo consiguió. Hubo dos intentos. El primero, alrededor de las 14.00 horas, cuando un grupo de unos 500 inmigrantes de origen subsahariano intentó acceder a la ciudad autónoma por la zona próxima a la frontera de Barrio Chino.
Según informó la Delegación del Gobierno en una nota de prensa, ninguno logró entrar, si bien una veintena de este grupo permaneció encaramado a la valle durante unos 30 minutos. A lo largo de este tiempo, los inmigrantes subsaharianos fueron desistiendo, haciéndose las fuerzas marroquíes cargo de ellos.
Posteriormente, alrededor de las cuatro de la tarde, otro grupo de unos 200 fue interceptado por las fuerzas marroquíes, antes de que lograra aproximarse al vallado fronterizo.
El despliegue de recursos humanos y materiales de Marruecos, junto al de la Guardia Civil, "ha sido decisivo para lograr frenar los intentos de salto a la valla de Melilla", dicen desde la Delegación del Gobierno.
La última entrada de inmigrantes ilegales a Melilla tuvo lugar el pasado miércoles. Ese día, unos diez inmigrantes de origen subsahariano entraron en la ciudad autónoma tras un salto a la doble valla que separa con Marruecos protagonizado por más de una veintena. La entrada se registró sobre las 9.45 horas en la zona conocida como 'Villa Pilar'.
La mayoría de ellos alcanzó el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y se encontraba en buen estado físico tras sortear la doble alambrada de seis metros de altura cada una y el control policial, tanto en el lado español como en el marroquí.