Se trata de un trabajo muy sacrificado, duro y muchas veces no lo suficientemente recompensado: los barrenderos y trabajadores del servicio de la limpieza pública. Aquí vemos a dos trabajadores, Jesús y Chaen, en la calle Marqués de Montemar cambiando los tambores de los soterrados de basura. Desde aquí nuestro reconocimiento a todos aquellos que hacen que nuestras calles estén limpias. Lástima que algunos estropeen su labor a los pocos minutos de que estos trabajadores hayan hecho su cometido y ensucien lo que ya una persona, con su esfuerzo, había dejado limpio. Un poco de concienciación sería bueno para todos.