Los 120 agentes de refuerzo que el Ministerio del Interior anunció que enviaría a Melilla tras la avalancha histórica del pasado martes han llegado ya a Melilla. Entre ellos, un centenar policías de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los antidisturbios del Cuerpo, que podrán usar este tipo de material para repeler los intentos de entrada masiva en momentos puntuales. Fuentes de la Jefatura Superior de Policía confirmaron que estos medios, tan cuestionados por algunas voces desde la tragedia de Ceuta, estarán permitidos si los inmigrantes llegan agrediendo. Es lo que ocurrió, por ejemplo, el martes. Según informó la Delegación del Gobierno, los inmigrantes intentaron entrar lanzando piedras, palos y todo tipo de objetos. Lo mismo sucedió en la penúltima entrada por la valla, el domingo 9 de marzo, cuando accedieron 15 inmigrantes por la zona de los Pinos. Prácticamente en todas los últimos intentos de entrada se han dado apedreamientos por parte de los inmigrantes para tratar de mermar la fuerza de la contención policial a ambos lados de la valla.
Desmentido a la UFP
Esta orden de la Jefatura Superior de Policía desmiente las críticas que ayer lanzó el sindicato policial UFP, que a nivel nacional denunció en un comunicado que los agentes destacados en las fronteras de Ceuta y Melilla “siguen sin instrucciones precisas” sobre cómo actuar en caso de un salto en grupo de las vallas, fruto de una “inoperancia política” que, aseguraron, “se pierde en buscar rentabilidad en los sucesos de El Tarajal” mientras “el caos y los problemas siguen campando en la zona”.
La organización afirmó que los cien agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) destinados a Melilla no tienen “cometido ni función precisa” y han sido enviados allí “para actuar bajo los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad según el Ministro de Interior”. “Muchos están preocupados de las repercusiones político-mediáticas de su trabajo”, aseveró el sindicato.
Cabe recordar que el martes, la Guardia Civil ya utilizó medios antidisturbios para repeler el intento de entrada, tal y como confirmó el propio coronel Martín Villaseñor.