El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, pidió ayer que se tomen “decisiones importantes y drásticas” para frenar la inmigración clandestina que llega hasta Melilla y “pasar por encima de las minorías” que cuestionan la actuación del Gobierno y de la Guardia Civil para contener las entradas masivas. “Así no podemos seguir”, dijo Imbroda al ser preguntado por los periodistas respecto al salto masivo que había registrado unas horas antes la valla de Melilla, el mayor de su historia, en el que unos 1.100 intentaron entrar y alrededor de 500 lo consiguieron. Imbroda se refirió a las imágenes “bastante dramáticas e impresionantes” que dejó este salto masivo, en las que pudo ver a “cientos de subsaharianos que estaban entrando”. “Eso parecía un ejército”, añadió Imbroda antes de recordar que situaciones como las que se dieron ayer en Melilla son “un problema para la ciudad y para la Administración central”, puesto que “ahora hay que buscar acomodo y acondicionamiento” para dar cobijo a todos los inmigrantes. Además, destacó que el Gobierno central “está trabajando a tope para que esto sea así”, y lamentó que se haya dado “bastante agresividad y violencia” entre los inmigrantes que intentaron acceder a Melilla. Irresponsabilidad Sobre todo, Imbroda rechazó la falta de unidad que se está dando en España ante la presión migratoria que vive Melilla porque “esta situación no puede persistir” y podría agravarse si en lugar de 500, como esta mañana, hubieran saltado “2.000 o 3.000”, lo que puede dar lugar algún día a “otras gran tragedia o un gran problema para la ciudad”. “No sé si es que es bueno que tengamos que observar tranquilamente y que entren 500 esta mañana como sea y pasando por encima de quien sea. A algunos les parece bien, pero a mí me parece mal”, manifestó Imbroda antes de acusar de irresponsabilidad a quienes “jalean y aplauden” la situación. “Si alguno aplaude esto está equivocado. No está a favor de los Derechos Humanos, ni muchísimo menos, está a favor de la irresponsabilidad”, aclaró. Así, subrayó que lo que está pasando no es bueno ni siquiera para los propios inmigrantes, ya que serán sometidos a la explotación, sino tampoco para Melilla y España. Por eso dijo que “aquí hay que tomar grandes decisiones y pasar por encima de aquellas minorías que están siempre cuestionando cualquier labor que haga un Estado en perfecta sintonía con sus leyes”.