La acertada visita del ministro del Interior a Melilla, como no podía ser de otra manera, acaparó sino toda, la mayor parte de la atención informativa en nuestra ciudad y de manera destacada a nivel nacional, si tenemos en cuenta el gran despliegue de medios de todo el país que se desplazaron hasta aquí para seguir a Jorge Fernández Díaz.
El titular de Interior, además de reunirse con el presidente de la Ciudad Juan José Imbroda y el delegado del Gobierno Abdelmalik El Barkani, ha recorrido el perímetro fronterizo, se ha reunido con los mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil y ha visitado el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), este último después de anunciarse que no iba por un problema de agenda y a donde finalmente acudió.
Fue éste el único lugar donde ha tenido algún contratiempo porque algunos inmigrantes gritaron "CETI no", "Madrid, Madrid", "Salida, salida", tanto por parte de los sirios como de los subsaharianos, y también los padres de Emin y Pisly, los dos jóvenes melillenses fallecidos el pasado 27 de octubre por disparos de la Marina Real, que intentaron por todos los medios hablar con el ministro pero tras el antecedente de los graves insultos al delegado del Gobierno Abdelmalik por parte de uno de los padres, parece que no consideraron conveniente el encuentro unas familias que exigen al Ejecutivo español que presione a Marruecos para que se haga Justicia por lo sucedido aquel domingo en Punta Negri.
En su comparecencia junto con Imbroda, el ministro desglosó las medidas para reforzar el perímetro, que se centrarán en la instalación "en breve" de 15.000 metros de mallas anti-trepa para evitar que los inmigrantes escalen la doble valla que la separa de Marruecos, tres nuevas torres de control y otras medidas para mejorar el control, que tendrán un coste de un millón y medio de euros. Jorge Fernández Díaz ha defendido el uso de las concertinas o cuchillas cortantes porque son un elemento "pasivo y disuasorio" que este Gobierno ya se encontró en las vallas de Ceuta y Melilla porque se colocaron con el anterior Gobierno y que no las retirarán hasta que no se ofrezca una alternativa que pueda lograr los mismos objetivos. A preguntas de los periodistas, el ministro ha dicho que "no es intención" del Gobierno de la Nación enviar al Ejército para vigilar las vallas de Ceuta y Melilla como hizo el anterior Ejecutivo socialista en 2005. "No tenemos intención de hacerlo por ahora", ha señalado. También informaba del inicio ayer mismo de las obras de mejora de la frontera de Beni-Enzar.
Esperemos que esta llegada de uno de los miembros más importantes del Gabinete de Rajoy sirva realmente para acabar con la inquietud de muchos melillenses, al ver el cariz que está tomando la presión de la inmigración ilegal, que nos retrotrae a la crisis de la valla de 2005.