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8 de septiembre: Festividad de Nuestra Señora de la Victoria

Migallón

Por la Real y Franciscana Congregación de Nuestra Señora de la Victoria

Cada 8 de septiembre Melilla se viste con sus mejores galas para festejar a su Patrona, la Virgen de la Victoria. Año tras año, desde hace tiempo se han venido celebrando las fiestas patronales en su honor. Si bien es cierto que en ocasiones el día 8 ha quedado fuera de éstas, no cabe duda de que se hacen, como en tantos otros lugares de España para festejar a su Protectora.
No existe constancia documental de la fecha exacta en la que la Virgen, bajo la advocación de la Victoria fue elegida como Patrona, si se sabe que en 1756 fue ratificada como tal por toda la ciudadanía que habitaba la Plaza.
Siglos de historia y devoción, mezclados con momentos de tristeza y alegría en los que Ella siempre ha estado y está presente.
Desde el pasado 30 de agosto, día en el que empezó la novena en su honor, se han desarrollado los cultos dirigidos por nuestro Director Espiritual y Vicario Episcopal de Melilla, D. Eduardo Resa.
Hoy, tiene lugar la celebración de la Misa Solemne a la que acudirán las autoridades civiles y militares y todos aquellos ciudadanos que quieran estar más cerca de su Patrona.
Es su fiesta, y como tal debemos acompañarla y venerarla con mayor devoción si cabe, que el resto del año. Este, en concreto, está siendo muy difícil, no solo por la pandemia en la que estamos sumidos, si no por las pérdidas que hemos sufrido.
No podemos olvidar a las personas que se ha llevado esta cruel enfermedad. Para ellas nuestro recuerdo y a sus familias el cariño y consuelo más sinceros.
Para esta Congregación tampoco está siendo fácil, la pérdida de nuestro querido Carlos Galisteo nos ha sumido en una gran tristeza. Aunque sabemos que él ya goza de la presencia del Padre y está junto a su Virgen de la Victoria a la que tanta devoción profesó, en estos días de novena y preparación de cultos su ausencia es más notable.

Querido Carlos:
¡Qué difícil han sido estos días sin ti! No escuchar tus “regañinas” bajo el trono cuando algo no se estaba haciendo bien. No verte entrar portando las coronas para que nuestra Madre y su Hijo pudieran lucirlas en este día.
Has dejado en nosotros profunda huella. Nos consta tu presencia espiritual cada tarde durante los cultos, al igual que la de Nuria Quiles, Paco Verdugo y Carlos Castañeda que te precedieron en este último viaje.
 A vosotros y a tantos como marcharon antes deciros que siempre, siempre ocuparéis un lugar privilegiado en nuestros corazones. Que pidáis por Melilla y porque la Virgen de la Victoria vuelva pronto al su Santuario.

Sentir mariano del Pueblo de Melilla
Muchos han sido los que han dedicado bellas palabras a la Patrona de Melilla, precisaríamos varias páginas para plasmar todas ellas. Sirvan estas de muestra del “sentir marino” de los melillenses:

“ La perpetuidad del voto,
fue firmeza y decisión,
suprema consolación,
de aquel pueblo tan devoto:
a nuestra Madre y Señora,
respeto y ejecutoria
¡Oh! Virgen de la Victoria,
Clemencia y misericordia.”
Enrique Moya Casals (1941)

Entre murallas y torres ,
 dominando la Ciudad,
 como egregia Majestad,
 ¡Oh! Excelsa, Reina presides,
 los duelos y la alegría,
 de tus fieles amorosa.
 ¡»Oh! Virgen de la Victoria , clemencia y  misericordia.
 (De los Gozos a la Celestial Patrona)
Enrique Moya Casals (1943)

“¡Soberana Reina y Madre de la Victoria!
Aquí tienes ante tu celestial imagen al pueblo de Melilla a quien tantas muestras tienes dadas de tu especial predilección; mira Señora nuestra con ojos de piedad a todos tus hijos que imploran de Ti clemencia y misericordia, rogándote nos colmes de bendiciones y que por tu mediación beatísima nos concedas del Señor que veamos en un próximo e inmediato mañana luciendo la corona que todos sin excepción te ofreceremos como obsequio humilde y desinteresado de amor y filiar veneración!
¡A ti Santa María de la Victoria, Patrona de este pueblo de Melilla, te sea dada toda Honra y Gloria!.
El Viejo Centurión (1947)

“Soberna, Reina y Señora:
Madre amadísima, Santísima Virgen de la Victoria: a Vuestras Plantas me presento en súplica de que aceptéis mi modesto ofrecimiento de entregaros este bastón, símbolo de Mando que ostento..
Lo hago, Madre mía, con satisfacción inmensa, con orgullo de católico y Caballero Congregante de la Asociación que Vos, Señora, patrocináis, convencido, por mi fe, de que me inspiraréis cada día al dedicaros mi primera oración, al despertar, los dones y virtudes necesarios para poder ejercer el Mando, por Vuestra delegación cristiana, justa y acertadamente y para que todos mis actos sean siempre tan honrosos como requieren los servicios a Nuestro Señor Jesucristo, a Vos amadísima Madre, ¡y a mi querida España!
Es la mayor satisfacción de un jefe, tener seguridad de que sus soldados están dispuestos a cumplir fielmente su obligación; para ello basta, Virgen Santísima de la Victoria, Vuestra protección; concedédmela a mi para que pueda cumplir mi misión en pro de la Grandeza Hispana y el esplendor y prestigio de su Leal y Heroica ciudad de Melilla, a la que tanto amais y protegéis, como Reina, Madre y Patrona.
Concededla también a las Fuerzas militares de la Plaza, tradicionalmente a Vuestras Ordenes para que conserven inquebrantablemente las virtudes morales, cristianas y patrióticas que poseen, que así lucharán con entusiasmo y con fe, cuando lo mandéis, por Dios, por Vos y por la Patria.
También os suplico, Soberana Señora, continuéis derramando vuestras Gracias sobre España en general.
Es gracia que os pido, Madre mía, de entre las infinitas que derramaréis sobre vuestros devotos hijos, en este solemnísimo día de Vuestra Festividad, para que cuantos os amamos, podamos seguir el ejemplo de aquellos que gloriosa y heroicamente dieron su vida defendiéndoos, al defender esta ciudad, tan amante de su Patrona y tan amada por Vos.
Con el mayor fervor, Reina Madre y Señora nuestra ¡Excelsa Patrona de la ciudad de Melilla! ¡Dios te Salve!…
José Jiménez Jiménez, Comandante General (1950)
¡Haz Madre nuestra, que en Melilla no se borre el recuerdo de Tus amores, que los pechos se calienten con Tu ardor inmaculado; que broten siempre deseos de amarte y quererte; que la fe se amplifique y extienda en los corazones; que nunca falte la esperanza puesta en Tu poderío; que la caridad se prodigue entre los hombres y reine entre todos cordial hermandad…!
¡Qué nuestras vidas y las de todos los que tanto hacen porque la devoción a Tu augusta Imagen se propague, sean acogidas y cubiertas con las tibias y suaves sombras de Tu manto y ello sea luz, amparo y salvación, en todos los momentos…!

M. Asenjo (1953)

“En las postrimerías de la época estival, las calles y plazas de la centenaria y primitiva Melilla, cobra toda su esencia secularmente católica y de la más pura raigambre española.
¿Qué extraño bullir de gran fiesta que coloca la gracia de su policromía en las vías adyacentes a la Plaza de España, abrigándose después en abanico sobre la faz hermosa de la Acrópolis melillense, preñada de historia y de recuerdos?
Es que sobre las olas, suaves, unas redes de cariños y anhelos, otras, encrespadas de dificultades ha venido logrando una nave que trae la Imagen sacratísima de una Virgen milagrosa, refugio de pecadores y consuelo de afligidos: María Santísima de la Victoria, patrona de Melilla.”
Hermano Mayor Francisco Pérez Álvarez (1956)
Con los actos de hoy culminan las celebraciones patronales en honor a la Virgen de la Victoria, nos queda todo un año por delante a la espera de las próximas.
 Mientras tanto unamos nuestras oraciones para que cese esta pandemia y el mundo recobre la calma. Seguro que nuestra Madre intercederá por todos nosotros.
¡Paz y Bien!

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Redacción

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