EL CAMBIO DE ENTRENADOR NO SIRVIÓ DE REVULSIVO EN LAS FILAS AZULONAS
El Club Melilla Baloncesto sigue sin remontar el vuelo, ni siquiera con el cambio de entrenador. La llegada de Rafa Sanz de momento no ha servido de revulsivo -apenas ha aterrizado- y para acabar con la dinámica negativa en la que está sumida la plantilla azulona, que este domingo tocaba fondo con una contundente derrota (65-95) frente a un rival de la zona media como el Hestia Menorca, que se dio un auténtico festín en el Pabellón Javier Imbroda. Y eso que los melillenses arrancaban con un 7-0 de salida, aunque los baleares respondían con un 0-8. A partir de aquí intercambio de canastas y alternancia en el marcador, aunque en el tramo final un parcial de 0-5 disparaba a los visitantes en el luminoso (20-28). Los de Rafa Sanz otra vez parecían salir mejor firmando un 4-0 pero esta mejoría resultó un auténtico espejismo, dado que la contestación de los menorquines era demoledora, un 0-10 para poner al Melilla Baloncesto contra las cuerdas (24-38). La máxima diferencia alcanzaría los 18 puntos (28-46), a menos de cuatro minutos para el intermedio. Stumbris, Morgan Stilma -con un triple- y Christian Díaz colocaban a los suyos a doce (34-46), pero los de Javi Zamora no aflojaban y se iban a los vestuarios quince arriba (37-52).
El tiempo de descanso no les sirvió a los azulones para tratar de motivarse y, al menos, sacar el orgullo para intentar acercarse en el electrónico. Todo lo contrario, eran los insulares lo que no se conformaban y mantenían el ritmo tras el intermedio. Así, dos triples consecutivos de Jaume Lobo inauguraron un tercer asalto de claro color visitante, dejando a los de Rafa Sanz sin capacidad de reacción. Sólo el francés Darel Poirier intentaba mantener a flote a los locales, pero el Hestia Menorca controló el duelo con solvencia y alcanzó el último cuarto con la victoria prácticamente en el bolsillo (51-77). Y en el definitivo acto, lo cierto es que los jugadores del Melilla Baloncesto salían más enchufados a la cancha, firmando en los primeros cuatro minutos un parcial de 12-4 para colocarse por debajo de la veintena de puntos (63-81). No obstante, hasta ahí pareció llegar la gasolina porque encajaron un 0-12 para verse treinta abajo (63-93), diferencia que sería la definitiva (65-95).
