El Club Melilla Baloncesto sufrió ayer un duro castigo ante el San Pablo Burgos, uno de los serios favoritos para luchar por el ascenso de categoría, que ganaba por el resultado de 108-59. Cabe destacar que en las filas melillenses, que siguen trabajando para encajar las muchas piezas del nuevo proyecto, se produjo el debut del pívot búlgaro Lepichev. El decano no tuvo una buena puesta en escena en este penúltimo choque de pretemporada, encajando un 10-2 de salida. Con el paso de los minutos se vio que no era el día de los azulones, sobre todo en el tiro exterior, lo que hizo que poco a poco los burgaleses se escaparan en el luminoso al término del primer periodo (23-12).
Los de Rafa Monclova no encontraron una regularidad en su juego, mientras que los locales mostraban un gran nivel. En el segundo acto, los melillenses intentaron asentarse en su sistema defensivo para acercarse en el marcador, pero sin ninguna suerte de cara al aro contrario. Todo lo contrario que los burgaleses, que siguieran anotando canastas fáciles para disponer de importantes diferencias a su favor. Los intentos por maquillar el resultado antes de llegarse al tiempo descanso no surtieron los efectos deseados, ya que se llegaría al mismo con un tanteo de 44-24. Uno de los factores que lastraron a los jugadores del Melilla Baloncesto fueron sus porcentajes en el lanzamiento, un 25% en tiros de dos por un 9% desde la línea de tres puntos.
Poca historia tuvieron los terceros diez minutos, puesto que los locales en ningún momento bajaron un ápice su intensidad y los visitantes continuaron negados de cara a la canasta contraria. De este modo, la ventaja del San Pablo Burgos se disparó hasta los cuarenta puntos de diferencias (79-39). El último cuarto fue un auténtico calvario para los azulones, ya que los castellano-leoneses no se relajaron y acabaron venciendo por un contundente 108-59.
