melillahoy.cibeles.net fotos 1642 ANDRES HERNA NDEZ
Hay mucha gente que va hablando mal de ti.
¿Hablando mal de mí?
Pero hablando mal…mal…mal
¿Y qué dicen de mí?
¡Ufff! Si yo te dijera lo que dicen, te tiraba por los “Cortaos”.
No será para tanto
¿No? Podía ser un poco más. Te ponen que no hay por donde cogerte…
Envidia puñetera.
Pero aunque sea le envidia la que hable, no veas tu como te ponen. Que si hace cuatro días eras un pelanas con las manos en los bolsillos; que vas de chuleta por la vida; que nunca has dado un palo al agua; que ahora te las da pan con tomate, cuando en realidad eres un chorizo ratonero…
¿Ratonero?
Por lo del pelo en la coronilla… en fin, que se despachan a gusto… ¿Qué les ha hecho a esa gente, para que te “quieran” tanto?
¡Yo!… Trabajar para ellos
Trabajar tú y dejarlos en el paro a ellos. O sea llevarte la parte del león, a pesar de ser un “miau” como dicen. ¡Joder! Te debía de dar algo en el cuerpo.
A mí lo que me da algo en el cuerpo, no es lo que guste esa gentuza, sino lo que me deja el jamón 3 Jotas de Romero Carbajal, el rioja Tondonia del 95, los langostinos de Isla Cristina, el champagne… En fin, ¿qué quieres que te diga? Sabes que cada uno tiene sus defectos, y los míos no son precisamente los de vivir para criticar, si no, los de vivir para que me critiquen.
A costa del dinero de los demás ¿no?
¿Y cuál es el dinero de los demás?…
Pues el que tú acaparas y la camarilla que va contigo.
Y si no soy yo y mi camarilla… ¿crees tú que no hay otro yo y otra camarilla con las agallas abiertas, preparada para el asalto? A lo mejor, hay alguno de los que me critican esperando una oportunidad. ¿No te parece?
Me parece que todo está podrido. Unos criticando y otros siendo criticados.
Eso hace tiempo. Lo que ocurre es que cuando la barriga está vacía y no hay un duro, entonces aparece la moralidad y furor justiciero que quiere pegarle fuego a todo, incluso a las aduanas de donde sea. Y eso es lo que hay que tener en cuenta y no las cuentas que otros quieran tener.
O sea, según tú, más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. ¿No?
No exactamente, sino, más vale el gordo atiborrado que el flaco hambriento. Ya que del primero algunas sobras quedaran, pero del segundo solo raspas. Y mala leche. Y eso te lo digo yo que sé lo que me digo.
¿Qué sabes lo que dices?… ¿Y que sabes tú?
Que sé, que con esto y un retrete, hasta mañana a las siete.