El proyecto de instalación de la valla antiintrusión en el muelle del espaldón del Puerto de Melilla para evitar que inmigrantes intenten colarse como polizones en los barcos con destino a la península ha sufrido un retraso, después de que una de las fábricas donde se están fabricando haya sufrido un incendio. A preguntas de los periodistas, el presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla, Miguel Marín, admitió ayer que no será posible empezar la instalación en la segunda quincena de diciembre, como estaba previsto, después del suceso que ha afectado a la fábrica del Reino Unido donde se iban a pintar las vallas antiintrusión. Marín puntualizó que este hecho es ajeno al Puerto de Melilla, y señaló que las vallas que se instalarán en el muelle del espaldón, que habían sido construidas en Bélgica, no se han visto afectadas.
Dichas vallas volverán a ser trasladadas a Bélgica para continuar con la fase de pintura en la que se encontraban y llegarán a Melilla en el mes de enero para empezar con las obras de instalación «con un pequeño retraso».
Miles de intrusiones
El vallado medirá 4 metros de altura, el doble que la actual, y tendrá forma de y griega antes de su tramo final, lo que dificulta el salto a quienes intenten salvar este obstáculo en el dique del espaldón, que es una de las zonas vulnerables del puerto por la que se produce la mayor parte de las intrusiones.
Esta valla, de 590 metros lineales, ha sido adjudicada a la empresa Ferrovial por 467.742 euros.
Con estas obras y la instalación de varias cámaras, el puerto de Melilla intenta resolver el problema de inmigración irregular que sufre, con varias miles de intrusiones en su zona de seguridad este año, muchas protagonizadas por menores de edad extranjeros, mayoritariamente de nacionalidad marroquí.
