En el asunto de la integración de la Unión Aduanera , como en otras reivindicaciones conjuntas, las dos Ciudades Autónomas van a ir de la mano, analizando al mismo tiempo la manera de sacar más partido al Régimen Económico y Fiscal. Es necesario que ese camino conjunto que piensan hacer Ceuta y Melilla no se eternice, como tantas cosas que dependen de la Administración Pública Ceuta y Melilla no son la misma cosa, pero tienen tantas cosas en común que los que están lejos de sus realidades incluso las confunden o creen que están unidas. La distancia geográfica ya se encarga de separarlas, aunque el entendimiento y la empatía entre quienes las gobiernan ha propiciado tres lustros de buenos frutos en sus reivindicaciones comunes.
Las bonificaciones a la Seguridad Social, que fueron aprobadas en 2004, son un logro de aquel camino que las dos Ciudades Autónomas empezaron a recorrer juntas cuando sus presidentes, Juan José Imbroda en Melilla y Juan Vivas en Ceuta, ascendieron al poder con amplio apoyo parlamentario. Es sólo uno de los ejemplos de lo que los Gobiernos de Melilla y Ceuta han conseguido aunando esfuerzos y remando en la misma dirección, una postura inteligente si se tiene en cuenta que las dos Ciudades Autónomas, juntas como están ahora en preocupaciones comunes, son muy pequeñas en comparación con otras comunidades del país e incluso que otras provincias. Por separado son aún más pequeñas, lógicamente. De ahí que sea tan necesario que las dos sigan apostando por ir de la mano para intentar conseguir buenos resultados en sus aspiraciones, algunas de ellas históricas reivindicaciones comunes en asuntos nada baladíes como la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica, la reforma económica y fiscal, o los problemas que ambas sufren por su condición de ciudades fronterizas, como la presión migratoria o el comercio atípico.
Ahora se suma otro reto, la integración de la Unión Aduanera sin que este paso suponga perder las ventajas fiscales y sociales que Ceuta y Melilla ya disfrutan. En este asunto, como en otras reivindicaciones conjuntas, las dos Ciudades Autónomas van a ir de la mano, analizando al mismo tiempo la manera de sacar más partido al Régimen Económico y Fiscal para ser un verdadero foco de atracción de empresas y no como ocurre ahora, que las bonificaciones están sobre el papel, pero en la práctica no han servido para nada.
Es necesario que ese camino conjunto que piensan hacer Ceuta y Melilla no se eternice, como tantas cosas que dependen de la Administración Pública. Hay que recordar que la sociedad para el desarrollo de Melilla (SODEMEL) ya se ha posicionado claramente a favor de la integración en la unión aduanera, considerándola una medida nuclear «si se quieren afrontar los retos económicos a medio y largo plazo». Además, las ventajas de la unión aduanera están más que demostradas en Europa desde que este sistema vio la luz el 1 de julio de 1968. Por lo tanto, las dos Ciudades Autónomas tienen ya una buena base sobre la que trabajar en común, y siempre con el acuerdo y consenso de sus respectivos sectores socioeconómicos.
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Un camino en común sin eternizarlo
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