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“Sí, se puede”

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Todo el mundo sabe, y las autoridades y los agentes los primeros, que las personas que suelen pasar la frontera los domingos son en su inmensa mayoría ciudadanos de Melilla Los que se atrevieron el domingo a cruzar la frontera, ya fuera por placer para pasar el día en el vecino país o por necesidad para saludar a familiares, no podían imaginarse ni de lejos lo que les pasaría al regresar a Melilla por la frontera de Beni-Enzar. Los antecedentes de estos últimos meses, en especial desde la celebración de la fiesta de Aid el Fitr de final de Ramadán el 29 de julio, no eran nada halagüeños y sabían que se podían enfrentar a colas que justo el domingo anterior llegaron a ser de entre cuatro y cinco horas de espera. Todo ello porque sólo había un carril de entrada a Melilla, algo que se achacaba a las obras que se realizan en este puesto, y su coincidencia con el momento más álgido de la Operación Paso del Estrecho.

En cambio, este domingo 10 de agosto se encontraron con una sorpresa agradable, como fue el hecho de que las fuerzas policiales abrieran tres carriles de entrada a nuestra ciudad. Una decisión que permitió que las demoras apenas existieran, algo que no se recordaba desde hace tiempo.

Lo ocurrido demuestra que cuando existe voluntad, es posible todo. "Sí, se puede", la frase que se usa cuando se persigue algo que parece imposible o al menos difícil de conseguir, se puede aplicar a nuestra frontera, que en estos últimos tiempos parecía un muro infranqueable y, sin embargo, lo sucedido en esta ocasión demuestra que no es así.

Todo el mundo sabe, y las autoridades y los agentes los primeros, que las personas que suelen pasar la frontera los domingos son en su inmensa mayoría ciudadanos de Melilla, que han cruzado para hacer sus compras, ver a familiares del otro lado y, especialmente en una época de verano como la que estamos ahora, disfrutar las playas del país vecino.

Por eso no fue de extrañar que organizaciones sociales y políticas -en especial CPM y Badr- pusieran el grito en el cielo, denunciando colas interminables e incluso llegando a afirmar que estarían dispuestos a convocar movilizaciones de protesta.

Con la fluidez registrada este pasado fin de semana, las valoraciones ya fueron otras bien distintas y sólo esperan que este dispositivo no sea flor de un día y se siga repitiendo porque la frontera no puede convertirse en una barrera infranqueable. Se puede conjugar seguridad con agilidad pero siempre que haya voluntad y este pasado fin de semana la hubo. Ahora toca mantener esta situación para hacer más fácil la vida a los melillenses que usan sus salidas Marruecos como válvula de escape, unos por placer y otros por necesidad, o por ambas cosas.

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