¿Qué está pasando en la U.D. Melilla? Los aficionados merecen una explicación

El sentimiento que recorre hoy a buena parte de la afición de la U.D. Melilla es una mezcla de resignación, indiferencia, impotencia y, por qué no decirlo, de envidia sana hacia lo que ocurre en Ceuta. Allí, un club con los mismos condicionantes geográficos, socioeconómicos y demográficos que el melillense -ni más, ni menos- se ha instalado en el fútbol profesional, compitiendo en la Segunda División con dignidad, ambición y un proyecto sólido. Mientras tanto, la U.D. Melilla sigue atrapada en un bucle que parece interminable: dos horrorosas temporadas seguidas y una tercera que apunta a repetir el guión.

Lo sucedido este domingo en el Estadio Municipal Álvarez Claro fue solo otro capítulo de una historia ya demasiado conocida. El equipo parecía tener por fin una victoria en casa que diera un respiro y, de nuevo, como tantas veces, el gol rival llegó en la prolongación. Otro mazazo, otro déjà vu, otro error repetido. La afición ya no grita: suspira. Y lo hace porque ve siempre lo mismo. Porque además no hay un solo partido ganado fuera. Porque el equipo vuelve a estar en descenso. Porque ya son demasiadas señales y muy pocas respuestas.

Y todo ello duele aún más porque este verano se confeccionó una plantilla con la intención declarada de pelear por los puestos de Play-Off de ascenso. Ese era el objetivo deportivo. Esa era la promesa. Ese era el mensaje del club. Hoy, once jornadas después, la realidad es la contraria: el equipo lucha por salir del pozo y está a tres puntos de la permanencia.

Y es inevitable mirar a Ceuta y preguntarse: ¿por qué ellos sí y nosotros no? Allí hay estabilidad, un modelo claro, un liderazgo definido y un proyecto deportivo reconocible. Aquí, en cambio, se arrastran dos años horribles -uno en Primera Federación y otro en Segunda Federación, más parte de este- sin que se haya aprendido lo más mínimo de los errores. Se habla cada verano de reconstrucción, de impulso, de ilusión renovada… pero el terreno de juego retrata una realidad distinta: el proyecto avanza sin rumbo y repitiendo fallos ya conocidos.

No se trata de buscar culpables con nombres y apellidos. Esto va más allá de un entrenador -por cierto, tres por temporada, cifra récord-, de un director deportivo o de un presidente. Si durante todo este tiempo las cosas no funcionan, es evidente que el problema no es individual, sino estructural. Un proceso fallido en el que toman parte todos: dirigentes, técnicos, jugadores, responsables institucionales y quienes deben fiscalizar la gestión. Cada uno con su cuota de responsabilidad. Y cada uno con la obligación de dar explicaciones.

Porque lo que demanda el aficionado melillense no son más excusas, ni más silencios, ni más discursos huecos. Lo que pide son respuestas claras, un plan deportivo real, una estrategia sólida y un compromiso firme para evitar un desastre mayúsculo: caer a Tercera División. Nadie quiere llegar a ese punto. Y aún queda tiempo -23 jornadas por delante- para evitarlo. Pero la dinámica, hoy por hoy, apunta justamente hacia ahí si no se actúa ya.

Tal vez sea la hora -y ya llega tarde- de mirar hacia Ceuta y aprender. Analizar su modelo, entender qué decisiones han tomado, cómo han profesionalizado su estructura, qué políticas deportivas han implementado y cómo han sabido consolidarse hasta alcanzar la Segunda División. No es vergonzoso copiar lo que funciona; lo vergonzoso es ignorarlo.

Melilla ha sido históricamente un club respetado en la extinta Segunda B, un equipo que en mayo de 1986 se ganó un sitio que mantuvo durante décadas. Hoy, sin embargo, está en zona de descenso. Y lo más preocupante es que el equipo se ha instalado demasiado pronto ahí abajo, algo que se veía venir desde lejos. Sin reacciones. Sin cambios -salvo un técnico cesado y otro presentado-. Sin respuestas.

Por eso, quizá la pregunta que toca hacer ya públicamente, sin paños calientes, sea esta: ¿Qué está pasando en la U.D. Melilla? Y, sobre todo: ¿Qué se piensa hacer para evitar que la caída continúe con este castigo que parece no tener fin?

Los melillenses están cansados de ver cómo la historia se repite. Cansados de la ‘historia interminable’. Y cansados de que nadie responda a lo que todo el mundo se pregunta. El tiempo de las buenas palabras se ha agotado. Ahora solo sirven los hechos. Los aficionados merecen algo mejor. Y lo merecen ya.

Antonio Calderay

Acceda a la versión completa del contenido

¿Qué está pasando en la U.D. Melilla? Los aficionados merecen una explicación

Antonio Calderay

Entradas recientes

El Gobierno inicia hoy el proceso judicial contra Madrid por no presentar su registro de objetores al aborto

El presidente Pedro Sánchez anunció que el Gobierno recurrirá al TSJ de Madrid contra la…

4 minutos hace

Miguel Marín destaca ante la CEOE las ventajas fiscales y la calidad de vida de Melilla para atraer inversión

El vicepresidente primero y consejero de Economía de la Ciudad Autónoma, Miguel Marín, defendió este…

46 minutos hace

Sofía Acedo (PP) acusa al Gobierno de Sánchez de “lastrar” a Melilla y pide elecciones generales

La diputada nacional del Partido Popular por Melilla, Sofía Acedo, ha asegurado este lunes que…

48 minutos hace

Díaz Ayuso ofrece a Melilla apoyo para desarrollar su Ley de Mercado Abierto y avanzar en la eliminación de trabas burocráticas

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunció este lunes que el…

3 horas hace

Consulte la portada de MELILLA HOY del martes 18 de noviembre de 2025

Ya puede realizar su compra en la “Versión Digital”, en formato PDF, a través de…

8 horas hace

El C.D. Melistar destituye a Tomás de Dios como entrenador del equipo

El C.D. Melistar comunicaba a última hora de este lunes la destitución de Tomás de…

9 horas hace