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No solo de pan vive el hombre

Francisco Robles e Isabel Migallón

Leo siempre, y recomiendo leer con atención, lo que escribe Francisco Robles en su “Desde mi otero”, que publicamos semanalmente. El pasado lunes pronosticaba que la tercera ola -del corona virus- llegará en enero y aconsejaba prevención, algo que dicho por muchos de los políticos suena a chufla propagandística, pero que escrito y razonado por Paco Robles aparece como creíble y aconsejable.
Comentaba él también en su último artículo que varios think tanks (tanque de pensamiento, según la traducción literal del inglés) alertan que desde el año 2009 “las revueltas sociales vienen aumentando un 11,5% anual”, un porcentaje enormemente alto y más que muy preocupante, porque, efectivamente, “la inquietud y el franco malestar de la sociedad son visibles y hay medios y autores que anuncian una época de revueltas sociales con la (llegada) de la tercera oleada” del corona virus. Y concluye Robles, con acierto, que “nos jugamos mucho más que una nueva oleada de la epidemia”.

Quizás porque constantemente vemos cercenada ese ansia de libertad que es consustancial en el ser humano y que ha derrumbado históricamente muros que se creían inexpugnables. El gran Fedor Dostojevski en una de sus novelas, Los hermanos Karamazov, incluyó un extraordinario y terrible monólogo con el título de El Gran Inquisidor. El lugar de la acción es Sevilla. La época, la Inquisición. El poema, traducido en prosa, empieza con una frase bíblica: “Cristo dijo: No tardaré en volver”. Y aparece en Sevilla, haciendo milagros y aclamado por la multitud, en medio de un acto de la Inquisición, dirigido por el Gran Inquisidor, que le ve como un libertador, trata de evitar el atisbo de libertad y le dice, recordando Sus palabras ante las tentaciones del demonio -No solo de pan vive el hombre” (La Biblia, Lucas, cap. IV- “pero acabará -el populacho- por poner su libertad a nuestros pies, clamando: ¡cadenas y pan!” añade el Gran Inquisidor, despidiéndose de Cristo, al que piensa quemar, “mañana verás un rebaño sumiso”. ¿Somos ahora más un rebaño sumiso y manipulado que cualquier otra cosa? Me temo que sí y corroboro que nos acercamos a una época de descontento y revueltas sociales crecientes, si seguimos por el camino que, en general, hemos emprendido.

Como he dicho y repetido en múltiples ocasiones, el cambio es necesario e inevitable. Para evitar el descontento hay que cambiar, de actitud también. Ayer publicamos en portada una foto del editor del diario El Faro, Rafael Montero, y mía, como editor del MELILLA HOY, con el presidente de la CAM, Eduardo de Castro, con el que yo no me había vuelto a reunir desde que fue elegido presidente de la Ciudad. Ambos editores nos reunimos posteriormente con los líderes de CpM, Mustafa Aberchán y Dunia Almansouri, y del PSME-PSOE, Gloria Rojas. La reunión, como casi todo en esta vida, tiene un antecedente próximo: los dos editores de los periódicos de Ceuta habían llegado a acuerdos entre ellos y con los líderes políticos ceutíes para buscar fórmulas que ayudasen a la estabilidad de su ciudad. Lo que ahora pretendemos en Melilla es, aprovechando la experiencia de la ciudad hermana, conseguir lo mismo en Melilla y completarlo con un acuerdo entre los cuatro periódicos-dos de Ceuta y los otros dos de Melilla- para unir esfuerzos y ayudar a mejorar el panorama nacional de las dos ciudades españolas del Norte de Africa.

Posdata
Nuestra imprenta, La Hispana, ha hecho muchos calendarios de 2021 para muchos clientes, incluyendo nuestro periódico que, como es tradicional, regalará un calendario a los lectores el día 22, coincidiendo con el sorteo de la lotería de Navidad.

Entre los muchos calendarios, por razones emotivas, me ha llamado la atención el del RAMIX 32, dedicado con un título muy directo, “En recuerdo de nuestros héroes”, al cumplirse en 2021 los cien años de Annual, con fotos históricas de aquel año trágico, 1921. Es muy conveniente, como comenté ayer con nuestra colaboradora, gran conocedora y amante de nuestra historiadora melillense, Isabel Migallón, recordar nuestro pasado, que es mucho más rico de lo que se puede suponer y para cuyo recuerdo y conocimiento es necesario que personas como Isabel reciban todo el apoyo que merecen, como sus hechos demuestran. No solo de pan vive el hombre; también vive de su herencia histórica.

Enrique Bohórquez López-Dóriga

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