Miguel Marín ya ejerce de presidente de la A. Portuaria

Parece que los socialistas, el respeto a la presunción de inocencia no lo practican en todos los casos y sin haber condena ni nada por el estilo, son capaces de poner la cruz a una persona para que no ocupe un cargo público, por el mero hecho de estar incurso en un procedimiento judicial El nombramiento de Miguel Marín como presidente de la Autoridad Portuaria se hizo oficial el pasada sábado 26 de septiembre, con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Se trata de cumplir con un trámite después de la designación del ex consejero de Fomento por parte del Gobierno de Juan José Imbroda. Así el propio BOE recogía que con esta publicación, firmada por la ministra de Fomento, Ana Pastor, se daba "cumplimiento al trámite de publicidad en el "Boletín Oficial del Estado" del Acuerdo de 4 de septiembre, del Consejo de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla, por el que se acuerda el nombramiento de don Miguel Marín Cobos como Presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla".

En la jornada de ayer martes, el flamante responsable del organismo portuario tenía oportunidad de conocer cada una de las dependencias de la Autoridad Portuaria y de saludar uno a uno a todos los trabajadores que la conforman, poniéndose a disposición de todos ellos.

Sin embargo, al PSOE parece no haberle sentado bien este nombramiento y ayer, por boca de su presidenta de la gestora, manifestaba que su rechazo señalando que no cree que sea "la persona más idónea" para presidir la Autoridad Portuaria, habida cuenta de que se encuentra inmerso en varios procesos judiciales. Parece que los socialistas, el respeto a la presunción de inocencia no lo practican en todos los casos y sin haber condena ni nada por el estilo, son capaces de poner la cruz a una persona para que no ocupe un cargo público, por el mero hecho de estar incurso en un procedimiento judicial del que Miguel Marín está convencido que saldrá limpio de polvo y paja.

Si en el PSOE no dan ni agua, desde el Gobierno, a través de su portavoz, Daniel Conesa, mostraban su satisfacción por el hecho de que el Ministerio de Fomento haya aceptado la propuesta del Gobierno de Melilla para que Miguel Marín sea el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria en sustitución de Arturo Esteban. Además subrayó el hecho de que Marín haya ocupado puestos de responsabilidad en el Gobierno melillense en los últimos años. Esto contribuye a que "la unidad de criterio" entre ambas administraciones sea "incluso mayor" de la que había hasta ahora.

En este sentido, Miguel Marín se merece los cien días de confianza que el PSOE quiere negarle por cuestiones meramente políticas y una vez que se vaya viendo su gestión, podrán criticarlo o alabarlo, pero negarle la posibilidad de ocupar este cargo, como hace Gloria Rojas, es injusto. Marín, que va a dejar la portavocía del PP en la Asamblea para dedicarse en cuerpo y alma a la Autoridad Portuaria, tendrá difíciles retos por delante, el más importante llevar a cabo el proyecto de ampliación del Puerto. Si lo logra, habrá conseguido poner en marcha uno de las acciones que más impacto puedan tener en la economía de Melilla, porque ello está previsto que genere 5.000 puestos de trabajo, entre empleos directos e indirectos, y ganar al mar 500.000 metros cuadrados. En ese caso, su triunfo, sería el triunfo de todos. No empecemos a ponerle zancadillas cuando todavía no ha hecho más que comenzar en el cargo. Esto no está bien, incluso en política.

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