Aunque en menor número que el pasado 25 de diciembre, ayer 1 de enero otro grupo se animó a pegarse un chapuzón a pesar del frío
Todo parece indicar que ha venido para quedarse. Lo que es una costumbre enraizada en varios puntos del mundo, todo indica que Melilla va camino de seguirles la estela.
Si el pasado día 25 de diciembre, un grupo de melillenses combatía las bajas temperaturas de estas fechas y se daba un chapuzón en Horcas Coloradas para festejar la Navidad, este Año Nuevo la historia se ha repetido.
Es cierto que en el día de Navidad el número era mayor, aunque en este 1 de enero de 2022, los que se atrevieron también se merecen un aplauso. Entre los presentes, de nuevo, había miembros del UNESCO Melilla y del grupo senderismo Ibriden Rif, entre otros. No faltó tampoco la copa de sidra y otras consumiciones para brindar por el nuevo año.
La experiencia está siendo tan gratificante que quieren repetir todos los años, por estas mismas fechas.
