Melilla ha logrado recuperar el Fuerte de Victoria Chica, el primero que se construyó en la ciudad en la primera mitad del siglo XVIII, gracias a una inversión cercana a los tres millones de euros. Ello ha permitido evitar su desaparición debido al importante deterioro que sufría, encontrándose “más allá de la ruina”, según el presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro, quien destacó que Melilla suma de este modo un activo patrimonial y un atractivo turístico.
El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, asistió a la inauguración de esta obra, financiada mayoritariamente por su departamento, en concreto el 75 % de los 2.899.384 euros que tenía de presupuesto, lo que supone 2.174.538 euros con cargo a fondos del programa del 1,5% Cultural.
Esta actuación fue aprobada en la convocatoria de ayudas publicada en 2017 y ha permitido recuperar el esplendor del Fuerte de Victoria Chica mediante la restauración de las murallas, tanto del Fuerte como las murallas exteriores; y también de la explanada, el foso y el camino cubierto.
Asimismo, en esta obra se ha llevado a cabo la restauración y rehabilitación interior de las bóvedas, pavimentos y escaleras de conexión; así como la ejecución de espacio público creando una pasarela peatonal que soluciona el acceso al camino cubierto, a la vez que permite recuperar los cimientos del Garitón de San Bernardo, integrándolo en la zona verde.
El ministro destacó la importancia de esta actuación, que “demuestra el compromiso del Gobierno de proteger y salvaguardar el Patrimonio Cultural Español”, según el Mitma.
Durante la inauguración, a la que asistieron las principales autoridades de Melilla, De Castro destacó que, con este tipo de rehabilitaciones, gana todo el mundo, pero sobre todo el patrimonio, la historia y el atractivo turístico que supone, y denota la importancia de la lealtad entre administraciones.
Historia del Fuerte de Victoria Chica
El Fuerte de Victoria Chica fue el primero que se construyó en Melilla y la zona en la que se enclava se corresponde con la denominada altura o padrastro del Cubo, entendiendo el término “padrastro” como zona que domina a otra, dado que la cumbre del cerro se encontraba más alta que las murallas defensivas de los Recintos Fortificados de Melilla la Vieja.
El 19 de noviembre de 1734, mediante una planificada acción por sorpresa, se toma el Cerro del Cubo, situado en las cercanías de las murallas y desde el que se podía hostigar a Melilla con fuego de fusilería y artillería por su altura. Ese mismo día se construyó una fortificación provisional con maderas y entre 1735 y 1736 se realizó la primera construcción del fuerte en mampostería. En 1773 se planea derribar, pero tras el Sitio de Melilla de 1774-1775 es reconstruido y ampliado en 1778, según proyecto del ingeniero Juan Caballero.
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