Más agilidad administrativa

Precisamente porque estamos hablando de personas necesitadas, como el propio consejero reconoció ayer, es importante que la Ciudad Autónoma, poco acostumbrada a trabajar con agilidad administrativa, se ponga las pilas para evitar que situaciones como la que se ha dado ahora no se vuelvan a repetir. Las familias a las que le va la vida en esa ayuda básica no tienen la culpa de problemas informáticos que se pueden evitar con un poco de previsión Una de las grandes políticas sociales que lleva a cabo la Ciudad Autónoma es pagar una cuantía equivalente al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para las familias melillenses que no tienen trabajo ni ingresos al no recibir ninguna ayuda o prestación. Es el Ingreso Melillense de Inserción (IMI), un gran logro social del que el Gobierno de Imbroda presume, y con razón, porque impide que cientos de familias de nuestra ciudad se encuentren en una situación de desamparo. Una prestación que les ayuda a cubrir sus necesidades básicas y a paliar la situación de exclusión social en la que se encuentran, evitando que se produzcan otras nuevas que pudieran agravar sus ya grandes problemas.
Precisamente por eso, porque es una ayuda básica para las familias que la reciben, al no disponer de otros ingresos, no se entiende que la Ciudad Autónoma haya permitido lo que ha ocurrido este mes: un retraso de varios días en el pago del IMI por unos problemas informáticos derivados, según explicó ayer el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, de la delegación de la firma del secretario técnico. Ventura aseguró que ya se había arreglado y que las familias que perciben el IMI empezarán a cobrar esta prestación entre hoy y el lunes. En el mejor de los casos, el retraso en el pago de la ayuda será de 8 días, y en el peor, de 11.
El consejero intentaba ayer quitarle hierro al asunto criticando a Coalición por Melilla, que fue el que denunció públicamente a principios de esta semana lo que estaba ocurriendo. Pero aunque tratara de desviar la atención con una batalla política, la realidad es que es un retraso importante para familias cuya subsistencia depende únicamente de esa prestación social, que aunque digna, no deja de resultar escasa teniendo en cuenta que el coste de la vida es cada vez mayor, y la mayoría de las familias, no sólo las que dependen de las ayudas o de subsidios como el desempleo, se ven obligadas a estirar los ingresos para intentar llegar a final de mes.
No hay que echarle mucha imaginación para darse cuenta de que los perceptores del IMI habrán pasado bastantes apuros en los últimos días, teniendo que estirar los únicos ingresos que reciben casi un 30%. Algunas no han podido obrar el milagro y al quedarse sin dinero, recibieron advertencias de corte de suministro eléctrico al no poder pagar la factura de la luz, otro problema más en unos días de mucho frío en los que la electricidad es vital para combatir las bajas temperaturas.
Precisamente porque estamos hablando de personas necesitadas, como el propio consejero reconoció ayer, es importante que la Ciudad Autónoma, poco acostumbrada a trabajar con agilidad administrativa, se ponga las pilas para evitar que situaciones como la que se ha dado ahora no se vuelvan a repetir. Las familias a las que le va la vida en esa ayuda básica no tienen la culpa de problemas informáticos que se pueden evitar con un poco de previsión.

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