“La ministra de Sanidad ha venido a Melilla a hacerse una foto sin pena ni gloria”. Esta fue la conclusión que extrajo ayer el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, del viaje que el pasado lunes hizo a Melilla María Luisa Carcedo, que visitó las obras del futuro Hospital Universitario, la farmacia del histórico socialista fallecido Julio Bassets Rutllant, y el Hospital Comarcal.
Imbroda dijo que la ministra no había venido a Melilla “a nada que favorezca a los intereses de los melillenses” ni a hablar de ellos, ya que en su breve estancia en la ciudad no se reunió con los sindicatos sanitarios, ni tampoco con el Colegio de Farmacéuticos, ya que se limitó a estar “con uno en concreto”. Tampoco se entrevistó con el área de Sanidad de la Ciudad Autónoma ni “quiso saber nada del presidente, que algo deberíamos opinar”, dijo Imbroda. Por ello, supuso que el objetivo de la visita era “hacerse una foto con estos señores y sacarlos un poco del ostracismo”.
