Carta del Editor.MH, 16/2/2024
Enrique Bohórquez López-Dóriga
La Sanidad pública española está en pie de guerra. La torpeza e incapacidad para negociar de Mónica García, ministra de Sanidad, ha generado una tensión y una alarma innecesarias y evitables, haciendo bueno eso que escribe Jano García de que el gran enemigo del socialismo no es la ultraderecha, es la realidad de las cosas.
Como buena socialista-comunista Mónica García en vez de buscar la complementariedad entre la medicina privada y la pública, entre el ejercicio médico público y el privado, busca e intenta imponer el enfrentamiento, prohibiendo a los médicos “públicos” compatibilizar ambas actividades. Le gustaría acabar con la medicina privada, con la propiedad privada en general, pero no puede, al menos por ahora. También querría, como su amado amo, terminar con lo que llaman la “ultraderecha”, en la que incluyen a todos los que no les obedecen, médicos incluidos. Pero tampoco puede.
En Melilla, con la Sanidad no transferida y un organismo público, Ingesa, que funciona muy mal y a distancia, la situación sanitaria es aún peor que en el resto de España, como lo demuestra la reciente muerte de un joven y la situación de los oncólogos
En Melilla, como en Ceuta, con la Sanidad no transferida y un organismo público, Ingesa, que funciona muy mal y a distancia, la situación sanitaria es aún peor que en el resto de España, como lo demuestra la reciente muerte de un joven y la situación de los oncólogos en Melilla, uno que estuvo de baja y el otro, Rubén Riotorto, al que le ha llegado la edad de jubilación pero que por razones de sensibilidad humana, estaría dispuesto a seguir, pero al que, incomprensiblemente, ignoran los responsables del hospital y el director territorial de INGESA, Omar Harouri, al que el oncólogo ha reiterado su deseo de continuar, algo legalmente posible, como le ha asegurado su abogado laboralista y como nos contaba el doctor y publicamos ayer.
“No entiendo el motivo de esta situación, no quiero dejar tirada a Melilla y a mis pacientes, no entiendo la falta de respuesta, ni el motivo de ese silencio. Aparentemente a nadie le interesa”, concluía el doctor. Si no estuviéramos hablando de la vida y la muerte podríamos estar hablando de un defecto más de una burocracia lejana, excesiva y desmotivada, pero ese no es el caso. El caso es que la sanidad melillense está en una situación muy grave, de la que solo conocemos la punta de un iceberg que es mucho más profundo y más que grave.
El gran enemigo del socialismo no es la ultraderecha, es la realidad de las cosas
Así, ¿puede extrañar que exista en muchos países, el nuestro y nuestra ciudad incluidos, un malestar ciudadano cada vez más claro contra una serie de creencias/dogmas progresistas/wokista, a la que se agrega la más peligrosa herejía posible: la negación/decapitación de la Vedad, pilar fundamental de toda agrupación humana. Con Pedro Sánchez, la mentira es la verdad, como dijo Orwell en su celebérrimo libro, “1984”, así como la guerra es la paz, la libertad la esclavitud, la ignorancia la fuerza. Leo que Orwell entendió que los regímenes opresivos siempre necesitan enemigos (la ultraderecha, en el caso de Sánchez). En «1984» mostró cómo estos regímenes opresivos, pueden crearse arbitrariamente atizando las emociones de la gente a través de la propaganda. También previó, en su descripción de los «dos minutos de odio», cómo actúan las multitudes digitales. Pero no creíamos que esos dos minutos de odio llegaran hasta no intentar evitar las muertes evitables.
Con tantos impuestos la brecha de renta entre Estados Unidos y España, que ya era grande, se agranda… y no a nuestro favor
Tampoco la economía española anda bien, con tantos impuestos. La incidencia de los impuestos era el título de nuestro Semanario QUEZ del domingo. Estados Unidos es una de las economías desarrolladas con menos carga fiscal en relación con el PIB. Dicho ratio ronda el 30% en el caso del país norteamericano, frente a los niveles cercanos al 40% que se dan en España. Este diferencial redunda directamente en los niveles de renta y la capacidad de gasto de los ciudadanos de uno y otro país, puesto que hay una relación directa entre una menor «cuña fiscal» y un mayor crecimiento de la economía.
La «cuña fiscal» ejercida por el IRPF y las cotizaciones es del 27,3% del coste laboral total en Estados Unidos, frente al 38,2% que se alcanza en España.
Para un sueldo medio, el tipo marginal se dispara hasta el 40,8% en el país norteamericano, pero sube al 47,9% en España, los impuestos sobre el consumo son mucho menores en Estados Unidos que en España, su incidencia en relación con el PIB alcanza el 3,9% en el caso de la economía norteamericana, pero llega al 9,7% en suelo ibérico. Lo mismo puede decirse de la fiscalidad de los beneficios empresariales, puesto que el Impuesto de Sociedades recauda el 2,7% del PIB en España, frente al 1,6% en Estados Unidos. El resultado: con tantos impuestos la brecha de renta entre Estados Unidos y España, que ya era grande, se agranda… y no a nuestro favor.
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