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La desgracia de la democracia

Aunque las retribuciones económicas salen del dinero común de todos los impuestos que pagamos los ciudadanos, y de los beneficios que el Estado recibe por el comercio internacional que el trabajo produce, no solo de dinero se consolida un país, sino también de toda la riqueza ajena a el ,que lo engrandece y lo configura.
Por lo tanto, este engrandecimiento ,que salido del reconocimiento y respeto que el pueblo le otorga, no va dirigido a todos aquellos que han utilizado solo el dinero con fines personales, sin tener en cuenta, por propio desconocimiento y total indiferencia, los otros valores mucho mas útiles, y perdurables. Y sabemos, que hay personas responsables y útiles en la política nacional, pero que están anuladas, enturbiadas y relegadas, por una camarilla de oportunistas, sicarios aduladores, e inútiles que medran en los Partidos. No son otra cosa que la mentira. Convierten el buen nombre de la Política, en una expresión de desprecio, desconfianza, sinónimo de corrupción e ineficacia. Esa es la desgracia de esta Democracia.

El deber y obligación por honor propio y entrega a lo que defienden, es saber quiénes son en sus Partidos, y que hacen, para denunciarlos con seriedad y rectitud, pues la limpieza de España empieza desde dentro de estos mismos Partidos, que dejan de ser unidad de criterios y esfuerzos comunes, para convertirse en antros , por temor o interés, camuflando culpas en un alarde de triquiñuelas y componendas, convirtiendo a esos “partidos", que deben ser una unión decente y eficaz en busca de una mayoría confiada y esperanzadora, en un reducto miserable de propios intereses y mezquinas soluciones. En lugar de edificar ciudadanos libres, responsables y validos para el futuro de un país, engendran servidumbre. Una especie de trata con dinero público y perversión insolente y engreída.

Confusión alucinada por palabras engañosas, fantoches de medio pelo, alardean de protectores, diseñadores y cómplices de la alabanza y la lisonja. Jamás fue la herencia de un país. Fueron siempre su hernia. Compran con dinero no propio todo aquello que les denuncia o crea incertidumbre Se valen de mercenarios y gente sin escrúpulos, Cadáveres de papel y mentes entripadas… Buenos días y que desaparezcan pronto.