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La conciliación familiar en la vida militar

En una ciudad como Melilla, donde hay más de 4.000 militares, son medidas positivas en un camino hacia la conciliación real y completa en el que todavía queda mucho por recorrer El Ministerio de Defensa apuesta por la conciliación laboral y familiar con unos cambios en su reglamento de destinos que permiten la reagrupación familiar cuando los dos progenitores son militares pero también que no se traslade de manera continua a padres con niños menores de doce años.

En una ciudad como Melilla, donde hay más de 4.000 militares, son medidas positivas en un camino hacia la conciliación real y completa en el que todavía queda mucho por recorrer.

Y es que, las medidas a favor de esta conciliación todavía son incipientes en España, donde hay mucho que aprender de otros países europeos en los que se fomenta la natalidad de manera real.

Esta falta de iniciativas ha dado lugar a la creación de varios movimientos que reclaman medidas que favorezcan la conciliación en un mundo empresarial que da la espalda a las familias y su estabilidad.

Las guarderías cuentan cada vez con horarios más amplios ante la imposibilidad de los padres de poder hacerse cargo de los niños tanto por las mañanas, como por las tardes, y ahora también las noches y los fines de semana.

Así, lo que se necesitan son medidas e incentivos que permitan a las empresas avanzar hacia una conciliación real y que no terminen primando los criterios de rentabilidad, sino de profesionalidad.

Los padres, en la actualidad, están penalizados y ya es momento de cambiar esta situación. Es un clamor general que no se puede seguir ignorando.

Así, la medida adoptada por Defensa es positiva, pero insuficiente. Aunque debe estar llamado a ser el primero de los cambios que se deben acometer en todos los ámbitos de la sociedad para que la conciliación laboral y familiar sea real.

Esto no sólo sería positivo para padres e hijos, sino para todos, porque antes o después, casi todos los trabajadores se encuentran en la misma situación. Una situación que definitivamente tiene que cambiar.