La Ciudad atribuye al caso voto por correo la “crispación” de CPM por los borregos

El Gobierno de Melilla atribuyó ayer la “crispación” generada por Coalición por Melilla (CPM) por la polémica del paso de borregos ante la celebración del Aid El Kebir a la “situación judicial” que vive el presidente de la formación, Mustafa Aberchán, por el caso voto por correo. En declaraciones a los periodistas, el portavoz del Gobierno de Melilla, Manuel Ángel Quevedo, recordó que Aberchán, que es líder de la oposición, tiene “problemas” con la Justicia ante la celebración dentro de apenas un mes del caso voto por correo, por la supuesta compra de votos en las elecciones generales de 2008 a cambio de puestos de trabajo.
Quevedo, que es también consejero de Coordinación y Medio Ambiente, señaló que en este caso “se piden a Aberchán y a otros miembros destacados de su partido y del PSOE unas penas importantes” por este caso judicial.
Por ello, rechazó las acusaciones de CPM respecto a que en el PP existe una supuesta preocupación por “buscar sustituto” a su actual presidente, Juan José Imbroda, que lidera el Gobierno melillense.
“Creo que al diputado Rachid Bussian le ha traicionado el subconsciente, ya que creo que estaba prensando en su propio partido y en los problemas que tiene su presidente por el caso voto por correo”, señaló Quevedo.

“Ni un minuto”
Según el portavoz del Ejecutivo melillense, “es absurdo” que en CPM, que tienen “ese problema”, hable del PP y de sustitutos, máxime cuando aseguró que en la formación popular no dedican “ni un solo minuto” a ese tema.
“Tenemos el mejor presidente, el mejor candidato y estamos dedicados en cuerpo y alma a mejorar la vida de los ciudadanos de Melilla todos los días”, aseveró Quevedo.
Asimismo, hizo hincapié en la “crispación” de CPM durante las últimas fechas y que, a su juicio fue evidente en la celebración del último Pleno de la Asamblea la semana pasada, donde “en temas absolutamente fáciles hubo esa crispación”, hasta el punto de que los cepemistas acusaron al Gobierno de discriminar a melillenses por su religión.
Fueron, en palabras de Quevedo, unas declaraciones “muy negativas” que generaron el momento de mayor tensión en la sesión plenaria.

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