Pedro Sánchez, para intentar seguir siendo presidente, está jugando con fuego y España se va a quemar, vía inestabilidad y cainismo suicida.
“ La inestabilidad (en España) está asegurada cuando se pone el país en manos de quienes plantean estrategias que pasan por hacer añicos los consensos constitucionales que han propiciado la mayor época de progreso y convivencia de nuestra historia democrática” (editorial de El Mundo el viernes).
Permítanme una larga cita de Arturo Pérez-Reverte, en su libro/recopilación ‘Una historia de España’: “Desde hace cuatro años (2013-2017) he venido contando en ‘HL Semanal’ una visión de la historia de España….Siglos de guerra, violencia y opresión bajo reyes incapaces, ministros corruptos y obispos fanáticos, la guerra civil contra el moro, la Inquisición y su infame sistema de delación y sospecha, la insolidaridad, la envidia como indiscutible pecado nacional, la atroz falta de cultura que nos ha puesto siempre —y nos sigue poniendo— en manos de predicadores y charlatanes de todo signo, nos hicieron como somos: entre otras cosas, uno de los pocos países del llamado Occidente que se avergüenza de su gloria y se complacen en su miseria, que insultan sus gestas históricas, que maltratan y olvidan a sus grandes hombres y mujeres, que borran la memoria de lo digno y sólo conservan, como arma arrojadiza contra el vecino, la memoria del agravio y ese cainismo suicida que salta a la cara como un escupitajo al pasar cada página de nuestro pasado (muchos ignoran que los españoles ya nos odiábamos antes de Franco). Estremece tanta falta de respeto a nosotros mismos. Frente a eso, los libros, la educación escolar, la cultura como acicate noble de la memoria, serían el único antídoto. La única esperanza. Pero temo que esa batalla esté perdida desde hace tiempo. Y sobre todo, con esa estúpida, contumaz, analfabeta, criminal vileza, tan española, que no quiere al adversario vencido ni convencido, sino exterminado. Borrado de la memoria. Lean los libros que cuentan o explican nuestro pasado: no hay nadie que se suicide históricamente con tan estremecedora naturalidad como un español con un arma en la mano o una opinión en la lengua. Creo —y seguramente me equivoco, pero es lo que de verdad creo— que en España como nación, como país, como conjunto histórico, como queramos llamarlo, hemos perdido el control de la educación y la cultura (por tanto) enseñar a nuestros hijos lo que los españoles fuimos, lo que somos y lo que, en este lugar apasionante y formidable pese a todo, podríamos ser si nos lo propusiéramos”.
Pues, otra vez, insensibles a la historia, parece que nos proponemos todo lo contrario, ocurre que una clase política española, dominante y fantasmagórica, nos arrastra a la inestabilidad y a avergonzarnos de nuestra historia. ¿Por una gran causa? No, simplemente porque un político de ínfima categoría moral sobre la, quiere seguir siendo presidente…¡de un país plurinacional!, aprovechando ese cainismo suicida español que Pérez Reverte menciona, al que nos ha llevado la incultura, tan cuidadosamente cultivada, entre otros, por ese que quiere seguir siendo presidente, un tal Pedro Sánchez.
Miguel Platón, en su artículo de ayer, calificaba esta situación política veraniega como “un verano de locos” y se preguntaba si habrá, en las próximas semanas y meses, suficientes “camisas de fuerza” para atender tamaña locura política. Es una buena pregunta.
“Habrá amnistía, referéndum y estado plurinacional sin reformar la Constitución (afirma un ciudadano). Bastará con deformarla (contesta otro), según ilustra Ramón en su viñeta de ABC. Pues a eso nos llevan.
Feria de Melilla
En Melilla ha llegado otra locura, en este caso benéfica: la Feria. Toca divertirse y descansar, aunque en algunos casos burocráticos y políticos, creo que ya han descansado bastante y deberían trabajar más.
Lo que no sorprende son unas declaraciones locoides de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, sobre la histórica bonificación del 50% a los trabajadores de las empresas melillenses. Ahora, en el último segundo, nos dice que el nuevo decreto solo se aplica a contratos nuevos. Lo de la delegada es como lo del mono de repetición -repite lo que sus jefes le mandan decir- .así que la incertidumbre se prolonga…por si acaso recibe nuevas órdenes durante estos días festivos.
